PAMPLONa - El Gobierno de Navarra aprobó ayer en su consejo semanal el Plan de Discapacidad 2019-2025, que cuenta con un presupuesto de más de 668 millones de euros para transformar el sistema en favor de las personas con discapacidad. Tal como destacó el vicepresidente de Derechos Sociales, Miguel Laparra, el objetivo del plan es que “las personas con discapacidad alcancen la máxima inclusión social en igualdad de condiciones con el resto de la población, con el mayor grado de autonomía personal y de calidad de vida posible”.

el cinco por ciento En Navarra 32.229 personas tienen reconocida una discapacidad, lo que supone el 5% de la población. A ellos se dirige esta iniciativa que ha contado con un proceso previo participativo, en el que han colaborado un millar de personas entre profesionales, familias y afectados por alguna discapacidad. La elaboración se ha llevado de manera transversal entre diferentes departamentos del Gobierno. Según el vicepresidente, el Plan cuenta también con un “amplio consenso” de las entidades del tercer sector y el Gobierno para la definición de indicadores y su seguimiento.

En este aspecto, Laparra detalló que se trata de “una apuesta importante por conseguir la máxima autonomía de las personas con discapacidad: impulsa un cambio de modelo en la atención, con servicios más comunitarios e inclusivos, compartidos con el resto de la población y en los que priman las preferencias de las personas sobre los criterios organizativos (servicios sociales, salud, educación, empleo); y define un área específica de accesibilidad, alineada con la Ley Foral de Accesibilidad Universal”.

A su vez mencionó que se desarrollarán una serie de acciones específicas dirigidas a sensibilizar a la ciudadanía sobre la realidad de las personas con discapacidad y líneas de formación en discapacidad para los profesionales que intervienen directamente con ellas. Dicha formación estará destinada también a empleados de la Administración y para la población en general. Se trata de una apuesta por la innovación social y tecnológica que permite mejorar la calidad de los servicios y en definitiva, la calidad de vida de las personas con discapacidad.

Tal como se recoge en el Plan, “la discapacidad ha de ser objeto de atención específica y preferente por parte de las políticas públicas”. Laparra destacó que esto se debe a que “la discapacidad suele implicar unas necesidades de apoyo (personal o técnico) para realizar las actividades de la vida diaria y porque es un factor de desigualdad y mayor vulnerabilidad a la exclusión, derivada sobre todo de la discriminación y segregación que históricamente ha vivido este grupo”.

SIETE OBJETIVOS GENERALES El plan se articula en siete objetivos generales, “centrados en dar respuesta a las necesidades de apoyo a las personas con discapacidad para su autonomía personal e inclusión; mejorar la salud de las personas con discapacidad proporcionando una atención sanitaria adecuada y accesible y previniendo las secuelas originadas por la discapacidad; proporcionar una educación inclusiva al alumnado con discapacidad mediante los apoyos necesarios; y aumentar la tasa de empleo de las personas con discapacidad en condiciones de trabajo dignas”.

Se persigue promover las condiciones para que estas personas puedan participar en la vida social y cultural de Navarra en igualdad con el resto de la población; mejorar las condiciones de accesibilidad de los entornos, bienes, productos y servicios, en particular de aquellos de competencia pública; e incorporar la discapacidad de forma transversal en todas las políticas, servicios y actuaciones de la Administración foral.

Estos objetivos se corresponden con otras siete líneas de actuación: autonomía personal e inclusión social; salud y bienestar; educación inclusiva; trabajo u ocupación; participación social y cultural; accesibilidad universal y diseño para todas las personas; y transversalidad de la discapacidad.