A sólo cuatro días del inicio de las fiestas, el morenico se quedó sin hora. La fuerza del rayo, en todo su apogeo, se dejó sentir el lunes por la noche en Pamplona. La tormenta eléctrica que cubrió la capital navarra, causando incidencias en servicios telefónicos e informáticos de particulares diseminados por varias zonas de la ciudad, incluidos los correspondientes a la Universidad de Navarra, dañó el sistema eléctrico de las campañas y el reloj de la torre de la capilla de San Fermín, en la parroquia de San Lorenzo. Los daños, sin embargo, pudieron ser reparados ayer por la tarde, para alivio de todos y todas las pamplonicas.

Tras situaciones de intenso calor, como la vivido la semana pasada, cuando se inestabiliza la atmósfera con un poco de aire frío en altura es más fácil que se puedan generar tormentas, explicó el meteorólogo David de Andrés. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) registró más de 200 rayos sobre Navarra entre las 22.00 horas del lunes (20.00 horas UTC), y la medianoche (22.00 horas UTC). La práctica totalidad de las descargas eléctricas se produjeron sobre la mitad este de la comunidad, de norte a sur, al desplazarse la tormenta desde el oeste.

“SONÓ COMO UNA BOMBA” El párroco del emblemático templo, Francisco Javier Leoz, relató ayer que el lunes por la noche se encontraba en su domicilio a las 22.55 horas de anoche cuando la tormenta con abundante aparato eléctrico se cernió sobre Pamplona y su comarca. “Escuché un imponente trueno, con un estruendo tan grande y estremecedor que nos acobardó. Sonó como una gran e impresionante bomba”, explicó el sacerdote al referirse al rayo que hizo que la comarca de Pamplona temblara.

Leoz, que vive muy cerca de la iglesia de San Lorenzo, llamó “inmediatamente al sacristán para que revisara el edificio para saber si había habido daños. Tenía la sospecha de que el rayo cayó en el pararrayos de la iglesia”, señaló el religioso, al que el sacristán le informó poco después que “aparentemente no había habido desperfectos”. Fue a las 8.30 horas de ayer cuando al ir a abrir el templo, se percató de que “el reloj estaba parado, justo con las agujas sobre las 11.01 horas”, correspondientes a las 23.01 horas, momento en el que se produjo la potente descarga eléctrica.

La avería afectó al sistema que permite el accionamiento y repique de las campanas y también al funcionamiento del reloj. “Se produjo un cortocircuito general. Estamos sin luz y mudos”, lamentó Leoz, quien destacó que los daños se localizan precisamente en la torre donde está el pararrayos. Tras advertir la incidencia, la parroquia se comunicó con la empresa que se encarga del mantenimiento del sistema de campanas y del reloj, con sede en La Rioja, cuyos técnicos se desplazaron ayer mismo a Pamplona.

José Luis Tomás San Román, delegado de Campanas Quintana, explicó que los daños fueron “graves, pero muy inferiores a los que se podrían haber producido sin el pararrayos. Podemos decir que fue el milagro de San Fermín, porque el rayo podría haber causado un gran destrozo, con rotura de piedra incluida y daños en todos los elementos metálicos”. A última hora de la tarde de ayer, el reloj y las campanas volvía a su estado natural, para alegría del párroco. “Es una gran noticia para poder comenzar las celebraciones”, señaló Leoz.

LA un, también AFECTADA La tormenta del lunes también dejó secuelas en otros puntos de Pamplona, como el campus de la Universidad de Navarra, donde las descargas eléctricas dañaron parte de la telefonía y del equipo informático. Como consecuencia de un rayo que cayó en el pararrayos del edificio Central, se vieron afectados parcialmente la conexión a internet, teléfono y algunos equipos y sistemas del citado inmueble, así como, en menor medida, de la Facultad de Comunicación, Arquitectura, Hexágono, CIMA y Biblioteca Central, que fueron restableciéndose a lo largo de la jornada.