tafalla - Iosu Fernández no se imaginaba la dimensión de lo que había pasado en Tafalla, no creía que la fuerza del río podría llevarse consigo parte de la ciudad y a su vez traer la voluntad altruista de sus vecinos. “Parecía una película, todo cubierto de barro, los coches subidos unos encima de otros, pero no te paras a pensar y ayudas”, afirma. La cooperación se notaba en las acciones diarias “Nosotros ayudábamos con la fuerza que quizás otras personas mayores no tenían y cuando todo se empezaba a asentar ellos corrían a comprar bebidas y comida para que no nos faltara de nada”, recuerda.

“Los más jóvenes somos los que estábamos de vacaciones porque las clases han acabado así que ir a las calles surgió de forma natural, nos íbamos escribiendo mensajes para saber dónde se necesitaba ayuda y dónde no”, precisa

Explica que en ningún momento se plantearon dejar de trabajar para ir a Pamplona a celebrar los Sanfermines. “Algunas personas no durmieron nada durante toda la noche del lunes al martes pensando en cómo estarían sus locales y sus comercios e incluso hubo quienes empezaron a limpiar de madrugada, así que nosotros también teníamos que estar”, asegura convencido el voluntario Iosu Fernández. - E. Pujol