pamplona - Pasear por el pasillo del servicio de Geriatría del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) no es lo que era. Ahora, uno puede caminar de las Bardenas a Roncesvalles, disfrutando del baile del Zubigainekoa de Lesaka y pasando por el Cerco de Artajona, sin salir del pabellón y gracias a un novedoso proyecto que pondrán en marcha en agosto: un “circuito saludable” en el que, a través de un viaje imaginario por 13 enclaves de la geografía foral, los pacientes combinan actividad física y cognitiva para mejorar o mantener sus capacidades funcionales, motoras, cerebrales y sociales, así como para amenizar la estancia y favorecer su recuperación. El jefe del servicio, Nicolás Martínez Velilla, destacó que el objetivo es que “anden más y hagan no sólo ejercicio físico, sino también cognitivo”, porque a veces en las personas mayores no es tan importante “la cantidad de vida que damos, sino la calidad, y si después de siete días ingresado dejas de ser independiente para asearte, para andar... Eso es una faena”.

Como explicó, “solemos tender en los hospitales a dejar a la gente encamada. Nosotros hicimos ya el programa de ejercicio, que duraba una hora por la mañana y un poco por la tarde, pero había un montón de tiempo que quedaban los pacientes sin un estímulo. El que está mal, está mal y no quiere salir de la cama, pero hay muchos, igual el 40%-50%, que podrían hacer algún tipo de actividad. No tenemos personal suficiente como para que estén todo el rato haciendo ejercicio y tampoco aguantarían, con lo cual tenemos que buscar alternativas que les induzcan a salir de las habitaciones, a moverse y a pensar”, porque “eso hace que al alta salgan mejor física y cognitivamente”.

Con esa premisa y utilizando la gamificación (uso del juego para conseguir unos objetivos), han puesto en marcha esta iniciativa que, como apuntó el terapeuta ocupacional que la lidera, César Cuevas Lara, “plantea una alternativa al sillón y la tele”. Así, la idea es que una vez que el paciente esté estabilizado, un profesional sanitario le explique cómo funciona este “diario de viaje” que tiene tres versiones: una para personas en silla de ruedas; otra para aquellas que utilizan un apoyo -bastón, muleta o andador-; y otra para las que caminan autónomamente. En base a eso, prosiguió, “se diseñaron una serie de recorridos adaptados a esa condición física y se han hecho una serie de actividades cognitivas transversales” pensadas para realizar a lo largo de seis días, que es más o menos la estancia media, jugando “con la cultura de Navarra y evitando también una cosa que teníamos miedo, que era el infantilismo”.

La actividad se desarrolla en el pasillo, si bien hay una fase de calentamiento previa en la habitación. Aprovechando que la planta de hospitalización tiene “una buena distribución” y “espacios amplios”, se han colocado de norte a sur 13 acuarelas del artista Iñaki Pardos sobre Roncesvalles, Burgui, Lesaka, San Miguel de Aralar, Pamplona, Leyre, Artajona, Olite, Bardenas, Tudela o Estella. Además, indicó Cuevas, hay cuatro estaciones, en las que el paciente puede “caminar en línea recta por encima de un tronco” o hacerlo de forma alterna sobre unas piedras, así como hacer “juegos de alcances verticales y horizontales”.

“Pretendemos que sea un espacio ameno, tanto para el paciente, como para la familia”, indicó el terapeuta, que incidió en que “sea algo intergeneracional”. Al final de cada jornada una enfermera o una auxiliar controlará la tarea, que no es obligatoria, poniendo un sello en el diario. Como concluyó Martínez Velilla, “los ejercicios pueden parecer cosas banales, pero eso frente a no hacer nada cambia totalmente la trayectoria” de deterioro durante el ingreso. Y es que han comprobado que sólo con la instalación de las láminas, ha aumentado el estado anímico de los pacientes.

1.862

El servicio de Geriatría del CHN atendió a 1.862 personas en 2018. Este año prevén llegar a 2.000.

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Servicio de Geriatría. Trabajan 11 médicos adjuntos y 6 residentes, además de 30 enfermeras, 25 auxiliares y una enfermera en consulta. Todo el servicio, según destacaron, está implicado en este proyecto, si bien la enfermería tiene un importante papel. La supervisora María Pejenaute comentó que “puede suponer un poco más de trabajo, pero es un trabajo gratificante”, porque el objetivo es que “no haya un deterioro funcional y cognitivo”.