El Museo de Altamira cumple 18 años en el edificio diseñado por el arquitecto Juan Navarro Baldeweg, mientras prepara la renovación de su instalación museográfica teniendo como apoyo la realidad aumentada, para seguir siendo un sitio clave para entender la historia de la Humanidad. La directora del Museo y Centro de Investigación, Pilar Fatás, asegura que Altamira sigue siendo "uno de los mayores hitos del arte paleolítico europeo" y una de las cuevas más destacadas por sus manifestaciones artísticas.

Además, sigue siendo un tesoro a medio descubrir, donde gracias al proyecto Los tiempos de Altamira se ha podido caracterizar el momento de ocupación de la cueva, hace unos 20.000 años. Según Fatás, la cueva podría guardar algunos secretos como lo constatan las figuras recién descubiertas unas manos mediante nuevas tecnologías que permiten ver el arte que el ojo no ve en las paredes, lo que ayudará a confeccionar un catálogo completo del arte de los cazadores-recolectores prehistóricos y del paleoambiente. La directora de Altamira asegura que el balance de los 18 años del museo es "muy positivo y satisfactorio" por la alta valoración que los visitantes hacen de toda la propuesta museística que desarrolla en la instalación.

Cuando se inauguró la conocida como Neocueva, la tecnología utilizada en la reproducción de las pinturas fue puntera, pero hoy los nuevos tiempos permiten explorar según Fatás las posibilidades de la Realidad Aumentada, que posibilita conocer y descubrir todos los detalles de Altamira en época paleolítica. La directora asegura que en esta línea se trabaja de cara a los próximos años, junto a la renovación integral de toda la instalación museográfica con nuevos recursos y nueva información, que permita completar la actualización del conocimiento científico acumulado en este tiempo y aplicarlo a la propuestas de contenidos expositivos.

Pero, ¿cuál es el estado de salud actual de la cueva y de las pinturas de la llamada Capilla Sixtina del Arte Rupestre? Para Fatás, las pinturas "corren peligro como todo arte rupestre porque son algo muy frágil, están hechas con pigmentos naturales aplicados con agua sobre la roca, pero el estado de conservación de la cueva de Altamira es más que aceptable", apostilla.