madrid - El futuro plan de seguridad para las motos, que está ya ultimado a falta de ser aprobado, castigará más no hacer uso del casco -se pasará de 3 a 4 el número de puntos a detraer por esa infracción-, exigirá asistir a clases teóricas presenciales para sacarse el carné y obligará a llevar guantes.

Pero también bonificará a quienes realicen cursos de conducción segura.

Son algunas medidas de un paquete de 17 que ha consensuado el grupo de trabajo creado para abordar soluciones a la siniestralidad de los motoristas y que se pondrá en la mesa del pleno del Consejo Superior de Tráfico próximamente para que le dé luz verde.

Tanto la Dirección General de Tráfico (DGT) con Pere Navarro a la cabeza, como el secretario general de la Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas (Anesdor), José María Riaño, y el presidente de la Asociación Mutua Motera (AMM), Juan Manuel Reyes, han expresado a un grupo de periodistas su respaldo a las medidas.

España es tras Italia el segundo país de la UE con más vehículos de dos ruedas matriculados, con 5,4 millones de motos y ciclomotores, lo que representa el 15 % de todo el parque móvil, pero su siniestralidad supone el 23 por ciento de los fallecidos en accidente de tráfico (421 muertos en 2018).

Desde 2012, han crecido un 1% las víctimas mortales en motocicleta, mientras que en ciclomotores se ha producido un descenso del 6 por ciento.

Y las cifras de este año no son nada buenas, porque hasta el 22 de julio han perdido la vida 147 motociclistas frente a los 111 del mismo periodo de 2018.

De todos modos, si se tiene en cuenta el número de motos, que crece a un ritmo del 7 % anual (este año a un 11 % y en el caso de los ciclomotores a un 27 %), la accidentalidad ha bajado, ya que en 2007 había 1,8 muertos por cada 10.000 motos y ahora 0,8.

La motocicleta, que ha sido la gran olvidada en las nuevas políticas de movilidad, está adquiriendo un gran protagonismo, con una cada vez mayor presencia en las ciudades y un auge de las eléctricas.

Si nos centramos solo en las carreteras interurbanas, en 2018 murieron 241 motoristas (un 93 % hombres). El 78 % del total perdió la vida en las convencionales, generalmente por una salida de vía debido a la velocidad o las distracciones y en una curva. Sólo el 10 % no llevaba casco.

Uno de cada tres fallecidos tenía entre 45 y 54 años y seis de cada diez se había sacado el carné hacía más de diez años.

Los expertos atribuyen estas dos últimas circunstancias a lo que denominan motorista “renacido”, un perfil de usuario que dejó la moto durante el tiempo que pagaba hipoteca y tenía hijos pequeños y luego recuperó la afición, pero había perdido experiencia. - Efe

Accidentes. Más de la mitad de los fallecidos conducía una moto de más de 600 centímetros cúbicos.

Formación. España es de los pocos países en los que la formación teórica no es precisa.