pamplona - La asociación Chernóbil pidió ayer en el Parlamento foral “que el mundo conozca la realidad” del entorno del desastre nuclear. Más allá de la famosa catástrofe de 1986, por la que hoy en día está prohibido acercarse más de 30 kilómetros a la central, la pobreza de sus alrededores empeora todavía más el nivel de vida y no ofrece alternativas. Un claro ejemplo es que, a pesar de la prohibición, las familias deben alimentarse de sus cultivos porque no se puede industrializar la zona, explicó la voluntaria pamplonesa Mari Carmen Oscáriz.

SALUDables, A PESAR DE TODO Aun así, puntualizó que “los menores vienen con salud, pero con las defensas bajas” y el “organismo muy debilitado”. La ONG les ofrece una alternativa con la que, finalmente, sus voluntarios acaban agradecidos: “La persona que acoge se acaba encariñando”, apuntó Oscáriz. Este año han repetido 49 niños y niñas con familias anteriores. - M.U.O.