El juez de instrucción número 2 de Pamplona suspendió el sábado la pena de 12 meses de prisión impuesta ese mismo día a M.B.A., de 37 años, por los delitos de conducción temeraria y desobediencia grave -cometidos tan solo unas horas antes tras fugarse durante 30 minutos de la Guardia Civil por Sakana bajo los efectos del alcohol- a condición de que no delinca en tres años y participe durante ese periodo en un programa formativo de seguridad vial. En definitiva, el condenado no consiguió escapar de la policía y evitó la cárcel... pero no 36 meses de autoescuela, en los que se le concienciará de los riesgos y el respeto en la carretera.

Los hechos ocurrieron el mismo día 24 a partir de las 8.55 horas de la mañana, cuando el condenado se fugó de la Guardia Civil a gran velocidad durante media hora por Sakana, poniendo en peligro la integridad de varias personas, entre las que se encontraban un policía, tres ciclistas y dos peregrinos que no tuvieron más remedio que apartarse para no ser atropellados, según indicó el auto judicial.

El juez, en una vista rápida, impuso en primera instancia una pena de ocho meses de prisión por conducción temeraria y otra de cuatro por desobediencia grave, además de dos años de privación del derecho de conducir. No obstante, la revocó al poco tiempo por otra que le obliga a participar durante tres años en un programa formativo de seguridad vial. En este tiempo no podrá conducir, pero habrá evitado la pena de prisión.

El objetivo de la condena definitiva, según el juez, es que el infractor “sea consciente de los riesgos que los comportamientos como aquellos por los que ha sido condenado suponen para él mismo y las demás personas”. Así como que adecue su conducción a las normas de respeto y seguridad que impone el Reglamento General de Circulación”.