PAMPLONa - Casi una treintena de menores de edad fueron condenados el año pasado en Navarra por violencia doméstica, según la estadística que figura en la Memoria de la Fiscalía de 2018, que detalla que la mayoría de las condenas se produjeron por conformidad (21 de las 27 sentencias condenatorias) sin necesidad de que se celebrara juicio previo. El acuerdo suele ser la solución habitual en los asuntos de violencia doméstica entre menores y la mayoría de los delitos juzgados se correspondían con agresiones de los hijos menores de 18 años a otras personas del entorno familiar, en especial a sus padres. Las resoluciones que finalizan en sentencias condenatorias, que normalmente se traducen por medidas de internamiento en centros especializados, representa en realidad menos de la mitad de las diligencias preliminares abiertas por el Ministerio Público durante 2018 en este ámbito. En total, los procedimientos incoados fueron 62, pero muchos de ellos se quedan a medio camino sin que lleguen a despacharse en el Juzgado de Menores. Normalmente, la reticencia de los progenitores a proseguir con la denuncia lleva a finalizar el procedimiento en el caso de que no existan lesiones evidentes, un parte médico u otros testigos. Entienden, en este caso los padres y madres, que la conducta de su hijo/a puede ser reconducida y que no merece someterse a una justicia penal en la que indefectiblemente va a desembocar una sanción que probablemente origine la salida del menor durante un tiempo del domicilio familiar. Por ello, los procedimientos judiciales abiertos y, aún menos, las condenas, no reflejan con nitidez la realidad que origina la llamada violencia ascendente en el ámbito familiar. La alta tasa de cifra negra que se oculta tras estos delitos sigue a la orden del días. Son un hecho delictivo escasamente denunciado, en el que hasta que finalmente se decide alertar a la Policía o formular una denuncia los progenitores soportan una alta tasa de agresividad y de violencia en el hogar sin dar ningún parte al respecto.

UN PROBLEMA QUE PREOCUPA Precisamente la violencia doméstica fue una de las preocupaciones de las que alertó la Fiscalía General del Estado en su memoria del año pasado. Entonces expuso que se trata de un “mal endémico”, debido al aumento de este tipo de agresiones, un asunto que, según los expertos, es solo la “punta del iceberg”, pues el Ministerio Fiscal se refiere solo a los casos que llegan a los tribunales -4.665 en 2018, 300 más que el año anterior- de menores con edad penal, es decir, entre los 14 y los 17 años.

4.665 casos denunciados en todo 2018 en el Estado. La Fiscalía General del Estado alertó el año pasado del “mal endémico” que, a su juicio, supone el aumento de las agresiones de hijos a padres, un asunto que, según los expertos, es solo la “punta del iceberg”, pues el Ministerio Fiscal se refiere solo a los casos que llegan a los tribunales -4.665 en 2018-.

Síndrome del emperador. Según Sonsoles Bartolomé, responsable del Departamento Jurídico del Teléfono ANAR, cada vez se observa más el también llamado síndrome del emperador, que presentan niños autoritarios y agresivos, comienza a edades tempranas y, en muchos casos, tiene remedio si los padres ponen en práctica, ayudados por profesionales, una serie de pautas para recobrar su autoridad.