Los residentes de Amavir Argaray viven durante esta semana unos días poco habituales ya que cuentan con una visita muy especial. Desde el pasado lunes 26 hasta el próximo viernes 30, una decena de niños de entre 5 y 10 años, pasarán el tiempo con ellos -todos los días de 9.00 a 18.00- y se divertirán mientras realizan varias actividades. Los menores aportan frescura y alegran el día a día de los residentes y estos les aportan la experiencia y la sabiduría de los años. El campamento intergeneracional se celebra desde hace doce años y los participantes son principalmente hijos de trabajadores y trabajadoras, y nietos o familiares de los residentes.

Pasarán la semana preparando la gran fiesta de despedida del viernes para la que tendrán que elaborar disfraces y una coreografía conjunta. Además, durante los cinco días realizarán otras actividades como talleres de creatividad, pintura, o psicomotricidad. También harán manualidades, globoflexia, jugarán al bingo y todos los días leerán un periódico infantil.

campamento solidario Desde hace años se organiza una jornada solidaria que en esta edición tendrá lugar mañana, un día antes de finalizar las convivencias y que se realizará en favor de la asociación del Síndrome de Dravet de Noáin. “Será el día más especial, ya que realizaremos diferentes actividades con fines solidarios para recaudar fondos”, manifestó Michelle Nascimento, coordinadora de las actividades del campamento. Entre las acciones previstas los asistentes podrán disfrutar de una chocolatada, hinchables, música y bailables con los gigantes y cabezudos. Además, el acto contará con diferentes puestos donde se recaudará dinero para la asociación.

caras de felicidad Desde la residencia destacaron que “al compartir su día a día con los niños, aumenta la actividad física, cognitiva y social de los mayores, promoviendo el envejecimiento activo y saludable”. Y no solo eso, las caras de satisfacción de muchos residentes reflejaban la felicidad que les hace sentir esta visita que con tantas ansias esperan a lo largo de todo el año. “He participado también en otras ediciones y es muy divertido para nosotros. Nos permite cambiar la rutina y hacer cosas nuevas”, destacó Isabel Roch, una de las residentes.

Ane Altzueta por su parte también se mostraba encantada con la presencia de los menores. Con una sonrisa en la cara confesó que “hasta me llevan el bolso”. “Estamos teniendo muy buena comunicación con los pequeños y nos hacen sentir más jóvenes”, destacó Altzueta y añadió que “pasar este tiempo con los menores es como volver a la infancia, te sientes casi como una niña”. Por su parte Elena Nuin, se mostró muy contenta de estar formando parte del campamento y destacó que “Es una experiencia muy bonita. A los mayores los niños nos hacen reír y nos divierten mucho”. Mercedes Arranz también compartía opinión con Nuin y añadió que se lo estaba pasando muy bien y que estaba muy contenta de compartir ese tiempo con los niños y niñas.

Durante la mañana los menores realizaron una yincana con diferentes actividades. Para ello formaron grupo junto con diferentes residentes y tuvieron que realizar tres actividades en equipo. El primero consistió en encajar unos aros en un palo y los más pequeños y los mayores pudieron lucir sus habilidades de lanzamiento y su puntería. La segunda actividad también implicó puntería y mucha precisión, ya que los participantes tuvieron que explotar varios globos. Por último, la tercera actividad estuvo más centrada en pensar, ya que se les plantearon diferentes adivinanzas.

Desiderio Larumbe participó en todas las actividades y conversó durante un buen rato con los más jóvenes. “Los niños dan mucha alegría a todo el mundo y a nosotros más, porque estamos un poco aburridos aquí. Nos permiten pasar un rato entretenido”, confesó Larumbe sonriente.

Un campamento especial Los más pequeños también disfrutan de estas actividades, que para ellos “son también una lección de vida de la que aprenden las experiencias de los residentes y recogen su sabiduría”, destacaron desde Amavir Argaray. Durante estos días viven una experiencia única e inolvidable “nos estamos divirtiendo mucho. Hemos pintado camisetas, les hemos leído el periódico a los abuelos y también hemos tenido tiempo para jugar al fútbol”, destacaron Javier Frías e Iker Muiño.

“Nos está gustando mucho jugar con los abuelos y abuelas”, confesaron Sarah Acaz y Sara Rodríguez. En cuanto a la actividad destacaron que “aunque al principio nos ha costado un poco al final hemos conseguido encestar unos cuantos”.

Los campamentos también se están llevando a cabo durante esta semana en Amavir Betelu y cuentan con un programa similar de actividades.