pamplona - Las incógnitas sobre la muerte de Blanca Fernández Ochoa se han sucedido desde su desaparición y aumentaron cuando su cadáver apareció sin signos externos de violencia y junto a envases (vacíos y llenos) de medicamentos antidepresivos y antipsicóticos y una botella de vino -aunque se desconoce si esta era suya o no-. La autopsia realizada al cuerpo de la exmedallista olímpica desveló que tenía restos de pastillas en el estómago, en concreto de unos comprimidos denominados comercialmente Sinogan, según adelantó en exclusiva El Mundo. Ahora, se analiza si la cantidad de pastillas que tomó Blanca causó su muerte.

Los trabajadores del Instituto Toxicológico de Madrid se encargarán de analizar los restos de medicamentos que los médicos recogieron del lugar para conocer con exactitud por un lado la dosis exacta que tomó; y por el otro, el efecto que ésta tuvo en el organismo de la deportista. Además, se envió su corazón al laboratorio de Anatomía Patológica para determinar si sufrió un infarto y, si así fue, éste fue consecuencia de haber consumido esas pastillas o por alguna otra patología.

Los investigadores que se han encargado del caso, tal y como informó El Mundo ayer, manejan distintas hipótesis. Sin embargo, se inclinan por que Blanca sufrió una sobredosis de pastillas, una opción que tardará varios días, o incluso semanas, en confirmarse. La primera fase de la autopsia confirmó que el cuerpo de Blanca Fernández no tenía golpes, contusiones o hematomas, por lo que se decartó la hipótesis de que muriese por un golpe al caerse mientras andaba por el monte. En el análisis externo no se encontraron signos de violencia. Además, el cadáver fue examinado en el aparato de rayos X que tiene el Instituto Anatómico Forense de Madrid, donde se realizó la autopsia.

El avanzado estado de descomposición hizo necesaria también una prueba para cotejar el ADN de la víctima con las muestras aportadas por la familia, lo que retrasó la entrega del cadáver. Ésta se produjo a media tarde de ayer. La familia informó tras recibir el cuerpo de Blanca que hoy se abrirá de 9.00 horas a 21.00 horas el velatorio en el tanatorio de Cercedilla. A él acudirán el ministro de Cultura y Deporte en funciones, José Guirao, y la presidenta del Consejo Superior de Deportes (CSD), María José Rienda. Posteriormente, su familia subirá a Siete Picos, montaña preferida de Blanca, para esparcir sus cenizas. “La despedida la haremos en familia. Parece que ella quería que la incinerasen y esparcir los restos en Siete Picos, que era su monaña preferida. Haremos una bonita excursion todos los hermanos y echarnos unas risas que era lo que a ella le gustaba”, comentó su hermana Lola, que dijo que están “todos destrozados” y explicó que la identificación del cuerpo no ha sido fácil porque “llevaba muchos días a la intemperie”.

de siete a nueve días muerta Los forenses que analizaron el cuerpo calculan que la mujer podría llevar entre siete y nueve días muerta, como ya se había barajado durante estos días desde que se encontró el cuerpo tras tres días de intesa búsqueda. El dispositivo, sin precendentes en la Comunidad de Madrid, reunió a más de 400 personas entre voluntarios, policías, guardias civiles, bomberos y agentes forestales, además de perros y drones.

Fue Xena, la perra de un sargento de la Guardia Civil que estaba fuera de servicio, la que encontró el cadáver. El cuerpo fue hallado a unos 20 metros de un camino muy frecuentado, en posición que no sugiere ningún tipo de accidente, según los investigadores. Junto a él, y descartando el accidente en cualquiera de sus vertientes, se halló la medicación que su familia había informado que se había llevado de casa. Entre los medicamentos encontrados había estuches de pastillas abiertos y vacíos, aunque no todos los que portaba consigo la esquiadora. Otros todavía estaban sin abrir. También cerca del cuerpo, durante la inspección ocular, se encontró una botella de vino vacía, aunque se ignora si pertenecía a la fallecida, porque no se encontraba entre los productos que compró en el supermercado el día 24 de agosto en Pozuelo de Alarcón. Esa fue la última vez que se vio con vida a Blanca, un día después de que se cruzase con un vecino de Cercedilla que informó de su encuentro con la exmedallista pero que fue ignorado por las autoridades que manejaban el dispositivo de búsqueda.

reconocimientos Parece que ahora que Blanca Fernández ha muerto se ha conocido su historia. Por lo menos la de estos últimos años, donde la deportista se vio afectada por una enfermedad mental ante el silencio de medios de comunicación y mundo de la política que ahora quiere reconocerla.

La esquiadora Blanca Fernández Ochoa fue una de las pioneras del deporte femenino español dentro de una saga que lideró su hermano, Paco Fernández Ochoa, campeón olímpico y que la guió hacia el bronce que ella misma logró en los Juegos de Albertville 1992.

La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, anunció que en las próximas semanas llevará al Consejo de Gobierno otorgarle a la esquiadora la medalla de la Comunidad de Madrid en reconocimiento a su trayectoria y su aportación al deporte español. Díaz Ayuso avanzó también que el nuevo instituto de Montecarmelo llevará el nombre de Blanca Fernández Ochoa. Esta Medalla se otorga como reconocimiento a los méritos de las instituciones, personas físicas o jurídicas que hayan destacado por su servicio a la misma desde cualquier ámbito de actividad. Consta de dos categorías: Oro y Plata. La última Medalla de la Comunidad que se entregó a título póstumo a un deportista fue el año pasado: al piloto Ángel Nieto.

El reconocimiento también llegó de la mano de la portavoz del Gobierno central, Isabel Celaá, que comenzó ayer la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros con una mención a la medallista. “Fue una pionera, la primera mujer española en alcanzar la gloria olímpica. Desde luego permanece en nuestro recuerdo y en el recuerdo del deporte español”, manifestó.

una familia unida Su familia, que ha mostrado su unión en estos días dolorosos, habló ayer a través de Lola, la hermana de Blanca, que aseguró que la exmedallista “estaba fenomenal”, “loca con sus hijos y con Olivia, para que pudiese ir a los Juegos animándola mucho. Vive con nosotros y estaba fenomenal. Operó a su perrita el día antes de desaparecer de unos tumores porque se quería ir de viaje, por eso nos extraña mucho. La imagen que tenéis todos de Blanca es que era una mujer fuerte, con una capacidad de sacrificio brutal, con un coraje y una fuerza tremendo. Esa es la coraza, pero por dentro no he conocido una persona más sensible que ella, comprometida, solidaria muy sensible y muy tímida, parece mentira”, lamentó.

Sobre las circunstancias de su fallecimiento, a la espera de tener datos sobre la autopsia, ha insistido en que “lo duro es que haya fallecido. Me da exactamente igual cómo haya fallecido, lo duro es que ha fallecido y hasta ahora todo el mundo se ha portado fenomenal, el caso es que no está, cómo ha sido, por qué lo ha hecho o por qué no lo ha hecho”, dijo. - D.N.

La familia, agradecida. La desaparición de Blanca Fernández Ochoa ha provocado el mayor dispositivo de búsqueda en la Comunidad de Madrid. Además, ha conmocionado al mundo del deporte y al Estado hasta el último rincón. Su hermana Lola, acompañada por la perra de Blanca, quiso mostrar ayer el agradecimiento de la familia de la ex esquiadora por la ayuda y el trabajo de todos aquellos que participaron en su búsqueda y por las numerosas muestras de cariño recibidas estos días.

Qué es. El fármaco Sinogan, una marca comercial de la levomepromazina, es un antipsicótico sedante. Además, se puede recetar como un somnífero, para ayudar a dormir en casos de insomnio grave. También en los pacientes con trastorno bipolar se prescribe, casi siempre junto a otros tratamientos como el litio, para equilibrar el paso de fases eufóricas a depresivas.

Cómo actúa. Su efecto se produce al bloquear una gran variedad de receptores que están en nuestro cerebro, incluidos los adrenérgicos, los de dopamina (que son los transmisores químicos de los impulsos nerviosos), histamina, acetilcolina y serotonina. Evita la sobreestimulación, ayudando así al control de la enfermedad mental.

Dosis habitual. La dosis habitual está entre los 25 y 50 miligramos diarios. Un gramo puede considerarse una dosis peligros, pues comprometería la función cardiaca.