madrid - El experimentado letrado José Luis Galán expuso como claves de sus recursos, en los que combate las condenas a Aratz Urrizola (9 años) e Iñaki Abad (6 años), la falta de imparcialidad de los tribunales sentenciadores y la ausencia de garantías procesales. En concreto, Galán recordó que la magistrada Espejel, casada con un coronel de la Guardia Civil y premiada por dicho cuerpo, nunca debió formar parte del tribunal y tuvo que ser recusada porque “todo este caso gravita en torno a la pertenencia de los dos agentes a la Guardia Civil. Es una cuestión que pone en entredicho su serenidad de ánimo”. Galán subrayó la instrucción “contaminada” del caso y afirmó que en el caso de sus defendidos las referencias que se hace a ellos en la sentencia son tan “nimias” porque no estaban allí. “Se les reconoció en una rueda con mulatos y árabes, ese proceso de reconocimiento está viciado y no tiene credibilidad”. El letrado llamó la atención sobre el hecho de que hasta seis testigos manifestaran en el juicio que Aratz no estaba en el Koxka, testimonios de los que la Sala “pasa olímpicamente” y sobre Iñaki dijo que no hay “ninguna base real” que soporte su condena. “Solo lo reconoce el sargento, que curiosamente lo tiene delante a Iñaki porque cuando llega la Policía Foral está grabándole con el móvil. El sargento le tira el móvil al suelo de un manotazo, pero en ningún momento, ahí mismo, le reconoce como autor de ninguna agresión ni le detiene. Lo reconoció en la rueda faltando a la verdad y con mala fe, a sabiendas”. Galán declaró no entender la aplicación de un delito de desórdenes públicos (se les condena por ello a Iñaki, Oihan y Ainara), “porque no está ni en los escritos, ni probados, ni mucho menos había un ánimo de alterar la paz pública”. Además, pidió que las lesiones se tipifiquen como leves y advirtió que las penas impuestas “se alejan de estándares comunes”. - E.C.