madrid - El penalista Manuel Ollé, que defiende a Julen Goikoetxea (9 años) y también hizo lo propio ayer con Jon Ander Cob (9 años), al que defendía su compañera Eva Gimbernat, que estaba de baja, enfatizó las peticiones de pruebas y de declaraciones que se les habían impedido realizar en el juicio oral y relató que el problema de la sentencia es que “no sabemos de qué nos defendemos en muchas de las cosas”. A su juicio, el fallo adolece de un análisis crítico de las pruebas, como las declaraciones de los perjudicados, que no son ni persistentes en el tiempo ni verosímiles. “Ellos no saben ni la acción que realiza cada acusado, ni les pueden situar en la pelea”. En el caso de Jon Ander, recordó, “todos los testigos le sitúan fuera del Koxka, e incluso el testigo estrella Paulette manifestó que Jon Ander era uno de los acusados que no debía sentarse en el banquillo porque no estaba allí”. Ollé combatió la agravante de discriminación ideológica, que además dijo se introdujo de forma tardía en el escrito de conclusiones. “Es una agravante que está pensada para proteger a víctimas, por su raza, religión o etnia. No puede aplicarse a un caso así, a un grupo como la Guardia Civil. ¿En qué escrito viene la ideología de las víctimas? - E.C.