donostia - El hombre que está siendo juzgado en Donostia, acusado de provocar un incendio en el parque natural de la sierra de Aizkorri-Aratz, entre los territorios de Gipuzkoa y Araba, es un ganadero y propietario forestal que forma parte de los retenes de voluntarios que ayudan a apagar fuegos declarados en los montes del territorio.

El propio acusado desveló ayer este extremo, durante el testimonio que prestó en la primera sesión del juicio en su contra que se celebra hasta mañana en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa.

Durante su declaración, este hombre negó ser el autor material del fuego ya que, según aseguró, cuando se declararon las llamas, él se encontraba convaleciente en su caserío, a una hora de distancia del lugar en el que se registró el incendio.

El acusado, que por aquel entonces tenía un rebaño de un centenar de vacas y otro de unas 300 ovejas que pastaban en un paraje situado entre Gipuzkoa y Araba, explicó que no es inusual que se realicen “trabajos” en las áreas rurales, “incluso con fuego”, siempre de forma “autorizada”, según precisó.

Por este motivo, el inculpado, que forma parte de los retenes voluntarios de Gipuzkoa desde hace más de 20 años, declaró que no tiene “necesidad” alguna de “dar fuego a escondidas”.

Según insistió el procesado, cuando ha necesitado hacerlo ha solicitado siempre la autorización correspondiente.

fuego con dos focos Los hechos enjuiciados tuvieron lugar sobre las 16.40 horas del 28 de diciembre de 2015, momento en el que se declaró un fuego con dos focos que llegó a quemar un total de dos hectáreas y media del citado parque natural y exigió un importante despliegue para sofocar las llamas que rápidamente se propagaron por la zona.

Así, fue necesario movilizar un total de tres retenes de bomberos, un guarda forestal de la Diputación de Gipuzkoa, seis miembros del retén de voluntarios de extinción de fuegos de Gipuzkoa y un vehículo “motobomba”.

Según el escrito de la Fiscalía, las llamas se iniciaron y evolucionaron “en unas condiciones climatológicas óptimas para la generación y propagación de incendios”.

Así, por aquella época sólo se midió un 57% de humedad, viento del sureste con rachas de hasta 55 kilómetros por hora, una temperatura de 14 grados y total ausencia de lluvias en los 19 días anteriores.

El Ministerio Público considera que, para causar el incendio, el procesado se sirvió de un mechero con el que supuestamente habría iniciado las llamas en una pista forestal ubicada en la ladera izquierda del acceso a la cima de la sierra de Elgeta, adonde al parecer acudió en una motocicleta sin matrícula y con el rostro oculto con un casco para evitar ser identificado.

Seguidamente, montó de nuevo en la moto y recorrió unos tres kilómetros para supuestamente declarar un segundo foco en un paraje emplazado en la ladera izquierda de una pista forestal denominada Bolibar Elizatea.

Además de negar estos hechos, durante la sesión del juicio celebrada ayer el inculpado explicó que se deshizo de la moto de monte que tenía unos dos años antes de que tuviera lugar el incendio, al tiempo que recordó que en esas fechas tenía la mano inmovilizada con una escayola.

Tras admitir que ya fue absuelto en otro asunto judicial por otra “quema” de la que no fue responsable, este hombre precisó durante la declaración que también es miembro de un sindicato agropecuario y que el hecho de haber tenido que plantear distintos asuntos ante diferentes instancias tal vez haya llevado a que “algunos se hayan hecho una mala imagen” de él.

“putos ecologistas” En otro momento de la vista, han comparecido tres jóvenes que han explicado que el día del incendio estaban con sus motos en el monte y que al ver una columna de humo se acercaron al lugar, donde vieron un fuego y, un poco más adelante, descubrieron una moto aparcada y un hombre de pie con un casco blanco que intentaba dar fuego a un matorral y que, al ser increpado por ellos, huyo del lugar tras decirles en euskera que eran unos “putos ecologistas”.

Por otra parte, un técnico del Servicio de Montes de la Diputación de Gipuzkoa aseguró que quien dio fuego a la zona pretendía regenerar un área de pastos para que tras la quema, después de la primavera creciera la hierba.

Asimismo, un ertzaina que participó en la investigación confirmó que el fuego fue intencionado.

El agente desveló que en casa del acusado se encontró una foto de una moto similar a la que utilizaba el pirómano, e insistió en que la antena de telefonía móvil de Leintz-Gatzaga situó el móvil en la zona del incendio en los momentos próximos a que se declararan las llamas.

La vista continuará durante la jornada de hoy con la práctica de nuevas pruebas. - Efe