Para la comunidad universitaria de Pamplona octubre quiere decir algo más que frío, castañas y parciales: significa Carpa. Como cada otoño, y también cada primavera, los estudiantes de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) dejan de lado por un día las aulas del campus de Arrosadia para disfrutar de la mayor fiesta universitaria de la Comunidad Foral.

El día de ayer comenzó absolutamente blanco en Pamplona, circunstancia que no paró a los chavales que desde primera hora de la mañana llevaban puesta la tradicional pulsera de la Carpa. Como cada año, dos imágenes opuestas se toparon en el Ensanche de Pamplona: por un lado, se pudo ver la gris estampa de aquellos que, siguiendo con su rutina, salían de casa muertos de frío y de sueño para ir a trabajar y, por otra parte, la jaranera peregrinación de los jóvenes que, cargados de comida e incontables botellas, establecían su avituallamiento particular en el parque de la Media Luna. Cuando las agujas del reloj alcanzaron el mediodía, y los juerguistas empezaron a llenar el recinto de la Ciudad Deportiva Amaya, la niebla comenzó a ceder y las chaquetas empezaron a sobrar. “El tiempo sabía que era viernes de Carpa”, se atrevieron a decir algunos que ya contaban con un “refrigerio” en la mano, no se fueran a deshidratar con tal solazo.

A pesar de ser una iniciativa impulsada por el alumnado de la UPNA, los estudiantes de la Universidad de Navarra u otros centros tampoco se resistieron a los encantos de la Carpa. “Es un buen día, y una buena excusa, para conocer a gente dentro del circulo universitario porque, a pesar de ser una ciudad pequeña, ni siquiera conocemos a gente de otras carreras”, valoró Amaiur Guindeo Arandigoien, estudiante de Derecho en la UPNA.

La juerga se dilató hasta altas horas de la madrugada, aunque los jóvenes fueron rindiéndose al agotamiento a cuentagotas a lo largo de la tarde. Serán muchos los que hoy amanezcan todavía con pegatinas en la ropa, resaca y restos de purpurina de la que no podrán deshacerse así como así.

Promoción de la salud sexual La de ayer fue la primera edición que contó con la campaña de promoción de la salud sexual, de la mano de la Comisión anti-sida de Navarra y el Consejo de la Juventud de Navarra, desde donde ofrecieron desde información hasta materiales para la prevención de enfermedades de transmisión sexual (ETS). Lucía Burgui y Santi Rabadam, miembros del Consejo de la Juventud, explicaron que, a pesar de ser su primera vez en la Carpa, cuentan con una dilatada experiencia de concienciación en diversos festivales y fiestas de localidades navarras. “Siempre hemos tenido muy buena acogida, tanto por parte de las chicas como de los chicos. Intentamos promocionar las relaciones afectivo-sexuales sanas desde unas dinámicas festivas, como analizar las letras de las canciones que suenan o aprender a colocar preservativos”.

Asimismo, como cada Carpa desde hace tres años, también estuvo presente el punto morado del Talde Feminista de la UPNA que ofrece apoyo y un entorno seguro para las víctimas de agresiones sexistas. “Recopilamos los datos de agresiones cada Carpa para sacarlos a la luz y hacer ver a la gente que estas actitudes todavía son una realidad que, para poder frenarla, hay que conocerla”, explicaron Leire Souto y Ane Biurrun que estuvieron al frente del punto morado en el turno de mañana. En apoyo a esta iniciativa, Cruz Roja Juventud contó por segunda vez consecutiva con un puesto dentro del recinto festivo donde atendieron las llamadas de quienes requirieron de una intervención tras haber sufrido algún tipo de agresión sexual. Sarah Macho, psicóloga de Cruz Roja Juventud, recuerda que el año pasado tuvieron una gran acogida y que cerca de 300 mujeres y 200 hombres acudieron al stand en busca de información.