Un total de 154 ciclistas, uno por cada semana que llevan encarcelados tres de los ocho jóvenes encausados de Altsasu, partieron ayer de esta localidad para recorrer los 50 kilómetros que separan Altsasu de Pamplona para pedir Justicia. Era la Marcha de la dignidad, una reivindicación a golpe de pedal “para dar vuelta a la sentencia del Tribunal Supremo”, tal y como señalaron desde Altsasu Gurasoak y Altsasukoak Aske. Si bien la cita era a las 9.30 horas, desde una hora antes ya había movimiento en la plaza de Los Fueros, dónde comenzaron a llegar los más madrugadores para recoger el número y los petos blancos con el lema Altsasukoak Aske que les identificaba durante la marcha.

“Ha venido mucha gente de Iruñerria, pero también de diferentes puntos de Bizkaia como Lekeitio, Ermua o Bilbo. También de Araba y de Gipuzkoa”, apuntó Koldo Arnanz, uno de los padres, antes de la salida, al tiempo que agradecía esta nueva muestra de solidaridad. De Pamplona llegaron los hermanos Maitane e Ibai Saralegi, Fermín Vallejo y Jon Sanz. “Hemos venido a apoyar a los jóvenes y a sus familias, al igual que lo hemos hecho siempre que hemos podido”, observaron. “Esperamos que volvamos a ser miles de personas hoy en Iruñea. Pasa el tiempo y parece que se olvida ”, señalaron. También eran de la capital navarra Amaia Cambra y Nor Rodríguez. “Estamos aquí para decirles que no están solos”, apuntaron, al tiempo que señalaron que la marcha ciclista les parecía una buena idea, una manera diferente de mostrar la solidaridad. De igual opinión eran Edurne Jantorena, de Leitza, e Itxaso Zenotz y Nerea Aldaz, de Barañáin, otras de las ciclistas.

“Estamos viendo otra demostración de que la gente está con nosotros y nosotras, de que no está dispuesta a aguantar esta injusticia”, observó Bel Pozueta, la madre de Adur Ramirez de Alda, que participó en la marcha al igual que su marido, Antxon Ramirez de Alda, quien fue el encargado de lanzar el cohete con el que se puso en movimiento el tropel entre aplausos y gritos de Altsasukoak askatu!. “Pedaleando o como sea, llegaremos hasta donde haga falta para pedir justicia. No vamos a parar hasta que les tengamos en casa”, aseguró Pozueta.

Con una mañana fresca que obligó a los participantes a salir abrigados, con el ejercicio físico y sobre todo por el sol y el ascenso de la temperatura conforme avanzaba la mañana, los y las ciclistas fueron desprendiéndose de la ropa hasta acabar en manga corta. Escoltada por la Policía Foral y entre motos y dos furgonetas de la organización, la marcha circuló todo el recorrido compacto por el carril derecho, primero por la NA-2410 hasta Irurtzun, una carretera secundaria tras la construcción de la autovía. Pero el tráfico se incrementó al abandonar los pueblos de Sakana y coger la N-240-A, formándose retenciones.

OCHO PARADAS A lo largo del recorrido la marcha realizó ocho pequeñas paradas. En cada uno se recogió un panel con el rostro y el nombre de cada joven así como una letra hasta formar las ocho que forman la palabra justizia. Y es que la movilización de ayer estaba llena de simbolismo, desde el número de ciclistas hasta las paradas y el destino de la concentración, el Palacio de Justicia de Navarra, “de dónde nunca debió salir el caso”, como destacaban los padres y madres.

La primera fue en Urdiain, donde les esperaba un grupo de personas con el panel con el nombre de Oihan Arnanz y la letra J, que fueron recibidos entre gritos de “Altsasukoak askatu!”. La misma escena se repitió en Bakaiku, con el cartel de Adur Ramirez de Alda y después Etxarri Aranatz, con el de Jokin Unamuno. Las paradas siguientes fueron en Lakuntza, con el panel de Julen Goikoetxea; en Uharte Arakil, con el de Jonan Cob; en Hiriberri, con el de Aratz Urrizola; en Irurtzun, con el de Iñaki Abad y el último en Berriozar, con el de Ainara Urkijo; de más a menos condena, entre nueve años y medio a un año y medio de prisión.

La llegada a esta última localidad fue minutos antes de las dos de la tarde, según los horarios previstos, el momento de recuperar fuerzas en una comida antes de emprender la etapa final hasta Antoniutti.

‘Justizia’. A lo largo del recorrido se realizaron ocho paradas en las que se recogieron paneles con los rostros y nombres de los jóvenes condenados y una letra hasta formar la palabra justizia. La primera fue en Urdiain y continuaron en Bakaiku, Etxarri Aranatz, Lakuntza, Uharte Arakil, Hiriberri e Irurtzun en tierras de Sakana para finalizar en Berriozar, de dónde partió la última etapa hasta Antoniutti.

Simbolismo. La marcha de ayer estaba llena de simbolismo, desde los 156 ciclista, el mismo número de las semanas que llevan en prisión tres de los jóvenes, hasta las paradas y el destino de la movilización, el Palacio de Justicia de Navarra. También el orden, en función de las penas impuestas a los jóvenes por el Tribunal Supremo.

Sentencia. Las condenas oscilan entre 9 años y medio para Oihan Arnanz y un año y medio en el caso de Ainara Urkijo. Para Adur Ramirez de Alda y Jokin Unamuno son 8 años y medio y uno menos para Julen Goikoetxea y Jonan Cob. En el caso de Aratz Ortigosa es de 4 años y dos meses y para Iñaki Abad de 3 años y medio. La horquilla de penas impuestas por la Audiencia Nacional eran de entre 13 y 2 años.