PAMPLONA - Emocionados y muy agradecidos, es así como se mostraron los usuarios y socios de la Asociación de Daño Cerebral de Navarra (Adacen) tras haber recibido la Medalla de Oro de Navarra. Así lo explicaba Tomás Catalán, uno de los usuarios, que se mostró muy emocionado de “compartir este premio con toda esta gente”. El agradecimiento era otro de los sentimientos que se palpaba en el aire, los nervios también, aunque David Sanz, uno de los encargados de recoger la Medalla, se encontraba muy tranquilo.

visibilización de la labor Sanz también fue el encargado de pronunciar el segundo discurso de la asociación. Explicó que “ya lo había preparado en la residencia” y cuando vio hablar a José Luis, se sintió “más tranquilo” y expresó que “solo he tenido que decir lo que de verdad siento”. A su vez explicó que el reconocimiento sirve para “mostrar la labor realizada por la directiva y los trabajadores, para expresar nuestro agradecimiento hacia ellos, y para visibilizar lo mucho que hemos progresado y mejorado gracias a ellos”.

El presidente de Adacen, José Luis Herrera, se mostró muy emocionado y tras el discurso explicó que “sabía que me iba a emocionar y así ha sido”, pero “he podido superarlo y he seguido con el discurso”, manifestó.

Javier Rodríguez, otro de los usuarios, también se mostró muy emocionado y destacó que “me parece genial que se haya reconocido a Adacen la labor que está haciendo con todos los nosotros, y con la sociedad navarra en general”.

una carta espontánea El acto también contó con un testimonio especial, que lo trasladó el presidente durante el discurso. Se trataba de una carta espontánea de Maribel Murillo -esposa de un usuario que sufrió un ictus- que la escribió nada más saber que la asociación era premiada con la Medalla de Oro. Es un manifiesto que recoge los motivos por los que Adacen merece dicho galardón.

“Porque cuando tu hijo o tu pareja o tu hermano sufren un ictus o un accidente, tu vida cambia en un minuto”, explicaba Murillo. “Tu ser querido ya no es el que era. Ahora necesita una silla de ruedas, ayuda para comer, ayuda para asearse, ayuda para hablar, ayuda para pensar, ayuda para levantarse y ayuda para no caer”, relataba.

“Porque te preguntas los porqués sin respuesta alguna, y la tristeza llena tus ojos y los ojos de tu ser querido hasta el llanto y la impotencia” explicaba y añadía que “pasa un año y no ves mejoría, y los familiares y los amigos se alejan porque no entienden y no quieren comprometerse”. “Porque te sientes sola o solo en un duelo ambiguo y vivo”, concluía.

escucha, acogida y calor Murillo mostraba su agradecimiento a la asociación en la carta alegando que en ella “encontramos escucha, acogida y calor” y “hay excelentes profesionales encarnados en seres humanos excepcionales”. Añadía también que “acompañan el rigor de su saber con las técnicas más avanzadas en rehabilitación”. Confesaba además que “con la ayuda de Adacen, las familias formamos grupos de encuentro, apoyo mutuo, comprensión y amistad”.

Al final del texto Murillo subrayaba que “todos somos Adacen: las personas con daño cerebral adquirido, las familias, los profesionales... Todos nos sentimos unidos y solidarios. Porque es preciso que la sociedad navarra lo sepa y lo valore”.