bruselas - La nueva presidenta de la Comisión Europea (CE), la alemana Ursula von der Leyen, presentó ayer el borrador del Pacto Verde Europeo, la hoja de ruta con la que pretende acelerar la transición ecológica de la Unión Europea (UE) hacia una economía neutra en emisiones de CO2 para 2050.

“El Pacto Verde Europeo es nuestra nueva estrategia de crecimiento”, aseguró Von der Leyen, quien ayer expuso en el Parlamento Europeo el calendario de medidas que se ha marcado como prioridad, empezando con incrementar los objetivos de reducción de emisiones contaminantes de la UE en 2030, pasando del 40% fijado actualmente hasta “al menos” un 50% y “hacia” el 55%.

neutralidad en 2050 Ese esfuerzo medioambiental al término de la próxima década será un impulso intermedio para alcanzar la neutralidad climática en 2050, que supone que la UE no emita más CO2 del que sea capaz de absorber en su territorio, una meta que ya intentó amarrar en junio su antecesor, Jean-Claude Juncker, pero que se encontró con el bloqueo de Estonia, Polonia, Hungría y República Checa.

Desde entonces, Estonia se ha sumado al compromiso verde del resto de los Estados miembros y se espera que los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintiocho intenten convencer a Varsovia, Budapest y Praga en la cumbre que se celebrará en Bruselas el hoy y mañana para que respalden una medida que requiere unanimidad.

De conseguirlo, Von der Leyen podrá transformar una de las piedras angulares de su borrador en una ley climática en marzo de 2020, antes de superar sus primeros 100 días de mandato.

Sin propuestas legislativas concretas, el borrador ordena y amplía las medidas que Von der Leyen ha ido desgranando desde su confirmación al frente de la CE el pasado julio y aporta una relación de fechas sobre las que Bruselas irá articulando los múltiples ámbitos del Pacto Verde Europeo desde la vanguardia ecológica mundial.

Aunque Bruselas cuenta con que el nuevo modelo económico sostenible genere también nuevos empleos y negocios y prosperidad, el esfuerzo financiero que requiere esa conversión es titánico y solo para alcanzar el actual objetivo de reducción del 40% de las emisiones de CO2 en 2030 se necesitan 260.000 millones de euros adicionales al año, es decir, el 1,5% del PIB de la UE en 2018, según los cálculos de la propia Comisión.

Para no mermar la competitividad de la economía europea, la CE habilitará un Plan Europeo de Inversiones Sostenibles y un Mecanismo de Transición Justa, concebido este último para ayudar a las regiones carboneras, si bien hasta enero no se conocerá la dotación de esas dos herramientas que deberán negociarse con los Estados miembros y la Eurocámara.

La Comisión, que espera que el sector privado contribuya también a financiar la transición ecológica y que los países de la UE ajusten ecológicamente sus cuentas, quiere además que el presupuesto comunitario para 2021-2027 destine un 25% de sus fondos a la “acción climática”, así como transformar el Banco Europeo de Inversiones (BEI) en un “banco para el clima”.

Los sectores industriales -especialmente los intensivos, como el siderúrgico, el químico o el cementero- son responsables del 20 % de las emisiones de efecto invernadero en la UE mientras que solo el 12 % de los materiales que utilizan provienen del reciclaje. Dos ámbitos de acción en los que quiere emplearse a fondo la Comisión Von der Leyen. - Efe