madrid - Las viejas tensiones entre los países sobre el ritmo que se debe imprimir a la lucha contra la emergencia climática y la necesidad de afrontar una reducción más ambiciosa de las emisiones más contaminantes resurgieron ayer, en vísperas de la clausura de la cumbre de Madrid.

Esas diferencias se centran en la futura regulación de los mercados de carbono o las medidas que se deben impulsar para ayudar a los países a diversificar su economía, en aquellos casos en los ésta depende casi exclusivamente de los combustibles fósiles.

Aunque estaba prevista inicialmente como una cumbre “de transición”, ya que la conferencia no tiene que aprobar ningún documento imprescindible para que el Acuerdo de París entre plenamente en vigor en 2020, la cita sí ha cobrado una especial repercusión ante el cada vez más contundente mensaje de los científicos y la sonora demanda social de una acción más ambiciosa.

Los países discuten sobre cómo ayudar a aquellos que tienen una alta dependencia del petróleo a diversificar su economía, pero algunas partes insisten en que no es lo mismo activar mecanismos de asistencia a Estados como Nigeria o Ecuador que hacerlo a otros con un elevado PIB y renta per cápita como Arabia Saudí.

El Acuerdo de París de 2015 compromete a los países a adoptar medidas para que la temperatura del planeta no aumente por encima de 1,5 grados, y las Contribuciones Nacionales Determinadas (los compromisos específicos de cada país) deberían ser revisadas al alza para cumplir esos objetivos.

El aumento de la ambición climática corre el riesgo de postponerse ya no hasta la próxima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de la ONU de Cambio Climático (COP) que se celebrará en Glasgow (Reino Unido) en 2020 sino hasta 2023 ya que en este momento algunos países se están agarrando a la literalidad del texto del Acuerdo del Clima de París que permitiría esperar hasta esa fecha.

En todo cçaso, se mantiene el impulso, de una buena parte de los países, especialmente los que están en desarrollo, de que los países avancen en elevar sus ambición antes de la COP26 y aunque otros quieren echar el freno parece que en términos generales hay una posición de que existe una necesidad de generar más ambición.

Entre las cuestiones que en este momento están más complicadas en la negociación figuran temas financieros, como el Mecanismo de Varsovia de compensación de pérdidas y daños que, más allá de los acuerdos en la COP25, será un tema que según los negociadores se irá complicando con el paso de los años ya que algunos países, como los pequeños estados insulares, no tendrán la opción siquiera de adaptarse al cambio climático por su capacidad limitada de construir resiliencia. - Efe/E.P.

activistas simulan un Edificio en llamas. Varios activistas de Greenpeace tomaron ayer la fachada del edificio de Bruselas que acogerá la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE. Los activistas desplegaron varias pancartas con el mensaje “Emergencia climática”, con imágenes que simulan el inmueble en llamas. Además encendieron varias bengalas, que apagaron a los pocos segundos. Foto: Efe