pamplona - Paula Cabrera y Carmen D’Amelio han realizado el libro ¡Hoy comemos huevo!, con el propósito de “ofrecer con fundamento científico recetas que muestren el huevo de manera atractiva para los niños y en algunos casos de manera prácticamente imperceptible para favorecer que puedan ingerirlo regularmente y garantizar el éxito del tratamiento”.

¿Qué les lleva a escribir este recetario, pensado para las necesidades de los niños con alergia al huevo que toleran este alimento cocinado?

-Uno de los motivos principales de consulta es la alergia alimentaria, sobre todo en niños. Dentro de los alimentos que producen alergia, el huevo es de los principales alimentos que producen alergia en niños y vemos que, o bien por indicación del alergólogo después de hacer un tratamiento para superar la alergia al huevo el niño tiene que tomar huevo habitualmente, o bien porque el niño espontáneamente ha superado su alergia y tiene que tomarlo habitualmente, muchas veces los niños no se adhieren a esa pauta de consumo regular porque rechazan el alimento o bien porque no les gusta el sabor, su olor, la textura o porque simplemente al ver el alimento les recuerda que han tenido una reacción y lo han pasado mal... Entonces, se hace realmente difícil para los niños, y sobre todo para sus familias, garantizar ese consumo regular que es muy importante para mantener la tolerancia que se haya adquirido, o de manera natural o con el tratamiento. Al constatar la desesperación de muchas familias, pensamos ¿por qué no hacemos una guía? Porque más que un recetario es una especie de guía con fundamento científico para ayudar a que esos niños cumplan con esa parte del tratamiento, que es el mantenimiento y que es consumir el huevo habitualmente. Nace de una necesidad real de la consulta para ayudar a cumplir un tratamiento de alergias.

Por qué es importante que mantengan ese consumo frecuente.

-Porque se ha visto que un porcentaje importante de pacientes con alergia al huevo puede tolerar algunas formas de huevo según cómo se ha elaborado ese huevo. Se sabe, por ejemplo, que con el calor de la cocción las proteínas cambian en su estructura y esto aumenta la probabilidad de que algunos niños alérgicos, según el grado de sensibilización que tengan, lo puedan tolerar. Bien sea que esa tolerancia se haya adquirido de manera natural por el propio niño al crecer o que le hayamos ayudado mediante un tratamiento de inducción de tolerancia oral, siempre es importante mantener el consumo para garantizar que esa tolerancia permanezca en el sistema inmunológico y no se pierda. Porque si evitamos el huevo durante un tiempo prolongado puede ser que un contacto accidental o una reintroducción haga que ese niño vuelva a tener una reacción por haber perdido la tolerancia que había adquirido.

¿Por qué el huevo es el segundo alimento que más alergias origina?

-Probablemente tiene más relación con el consumo frecuente del alimento, así como en otros países hay más alergia a otros alimentos, como el cacahuete, pero afortunadamente se sabe que hay factores que pueden modificar la tolerancia al huevo y uno de ellos es la cocción.

¿Por qué cuando está cocinado provoca menos alergia?

-Porque el calor durante un tiempo determinado se ha visto que es capaz de modificar la estructura de las proteínas que producen la alergia. Al cambiar esa estructura, el sistema inmunológico del paciente alérgico podría tolerarlas y no desarrollar una reacción exagerada, que en definitiva es lo que es la alergia, cuando comen el alimento. Son modificaciones estructurales que hacen que el paciente ya no reconozca esas proteínas como alérgenos.

¿Se puede curar la alergia al huevo?

-Definitivamente sí se puede curar una alergia al huevo. Hasta hace pocos años el único tratamiento posible para un paciente era la evitación absoluta del huevo. Eso generaba mucho estrés, sobre todo para el niño y para la familia, porque había que evitar cualquier presencia, aunque fuera una cantidad mínima, porque el niño podía tener una reacción grave, pero en los últimos años se han desarrollado tratamientos alternativos, como es la inducción de tolerancia oral al alimento, que consiste en ir dando cantidades progresivamente crecientes de huevo hasta alcanzar una dosis estipulada, que generalmente se establece en un huevo completo. Y se ha visto que muchos pacientes llegan a tolerar el huevo después de hacer este tratamiento. También es verdad que algunos niños no consiguen tolerar el huevo completo, pero se puede llegar a medio o a un cuarto, y esa puede ser una dosis que le proteja de tener reacciones graves por ingesta accidental.

¿Qué consecuencias puede tener para un niño la alergia al huevo?

-Como otras alergias alimentarias, puede producir desde una reacción leve, un picor de boca o unas ronchas, hasta una reacción muy grave, como es la anafilaxia, que pueda poner en riesgo la vida del paciente. - M. Pérez