GASTEIZ. El agente recurrió el fallo de la Audiencia y ahora el Supremo rebaja la pena al aplicar dos atenuantes: la incompleta de "obrar en cumplimiento de un deber al considerar que se produjeron una serie de circunstancias que debilitan la responsabilidad" del ertzaina, y la de dilaciones indebidas (la primera sentencia se produjo en 2018, cinco años después de los hechos).

El alto tribunal mantiene no obstante la indemnización de 3.600 euros impuesta en su día por la Audiencia de Gipuzkoa, a cuyo pago está condenada como responsable civil subsidiaria la comunidad autónoma vasca, ha informado el TS en una nota.

La Sala de lo penal del Supremo suprime además la pena accesoria de dos años de suspensión de empleo y señala "no se aprecian especiales razones que justifiquen" esa suspensión dado que "el comportamiento penal que se sanciona deriva del ejercicio profesional y que la culpabilidad del agente está mitigada por las especiales, abruptas y arduas condiciones en las que hubo que evaluar el adecuado ejercicio de su profesión".

La sentencia incluye un voto particular de la magistrada Susana Polo que discrepa de la aplicación de la atenuante de obrar en cumplimiento de un deber en determinados supuestos. En su voto, defiende que faltan los requisitos básicos para aplicarla y es por tanto partidaria de mantener los dos años de cárcel fijados por la Audiencia de Gipuzkoa.

Los hechos se produjeron el 30 de septiembre de 2013 en Hernani, donde la Guardia Civil desarrolló una operación en la que registró la sede de el colectivo de apoyo a los presos de ETA Herrira y que se saldó con la detención de varios dirigentes de esta organización.

Cuando los agentes de la Guardia Civil salieron a la calle con los detenidos, se produjeron incidentes por parte de quienes protestaban en la calle Mayor, pero no así en la zona de la calle Juan de Urbieta, donde se encontraba la senadora y "la situación era más tranquila", según se recoge en la sentencia.

En las imágenes existentes grabadas ese día se constata que el procesado levanta y baja la porra en cuatro ocasiones, tras lo cual Mendizábal, que se hallaba en primera fila y había mostrado antes sus credenciales de senadora a los policías, cae al suelo boca arriba y posteriormente se ve como "sangra abundantemente" de la cabeza.