Una vez más Pamplona celebró el año nuevo por las calles de la ciudad con su tradicional desfile de disfraces. Y los hubo de todo tipo. Desde la una de la madrugada el centro se llenó de cuadrillas que hicieron gala de su creatividad. El final de la década fue protagonista de la larga noche, con todo tipo de vestimentas que recordaban a diferentes personajes que han marcado los últimos diez años, pero otros muchos decidieron mantener las típicas vestimentas de animales, profesiones y series televisivas. Otros sin embargo optaron por quedar fuera de la tradición de disfrazarse y decidieron celebrar la Nochevieja, también junto a los amigos y familia, pero en discotecas. Una forma de recibir el nuevo año que cada vez gana más adeptos, pero la mayoría prefiere seguir llevando la fiesta al Casco Viejo de la ciudad y llenar de colorido sus bares.

La Nochevieja es una ocasión perfecta para hacer una recopilación de todo aquello que sucede durante el año. Lo más habitual de las madrugadas del día 1 es ver una temática dominante, pero en esta ocasión no ha sido así, dándole a la ciudad un toque de lo más variopinto en cuanto a disfraces se refiere. Los hubo más elaborados y menos, también hubo quienes los hicieron o compraron con tiempo y quienes lo decidieron a última hora, pero nadie se quedó sin el suyo. Sin embargo, no por ser más elaborados fueron más originales, de hecho, en la sencillez se pudieron encontrar algunos de los más llamativos. Uno de ellos fue el del personaje del año, reconocimiento que Pamplona dio para 2019 a la joven activista contra el cambio climático Greta Thunberg. Un chubasquero amarillo, una peluca con trenzas y un cartel con el icónico lema de la activista Skolstrejk för klimatet (Huelga escolar por el clima) hicieron de lo más sencillo lo más original.

Los de última hora Dentro de las cuadrillas siempre hay gente que ultima su disfraz apurando las horas finales del año. Son los que esperan hasta el día 31 para elegirlo. Es el caso de Marta, Mónica, Álvaro y Miguel. Cuatro amigos que a las 5 de la tarde del día 31 decidieron acudir a la tienda de disfraces para buscar el suyo, en este caso de payaso. Pero también hay otros que lo hacen a última hora por obligación, como Ayax, Ana, Fran, Sebas y Nathaly, quienes compraron su disfraz por Internet y el retraso de su entrega les obligó a recurrir a una segunda opción y en su caso decidieron vestirse de bombero. Pero no todos lo hacen con las prisas y le dan más vueltas. Una de esas cuadrillas tiene una peculiar tradición desde hace cuatro años, cuando decidieron hacer de sus disfraces algo participativo. Ellos son Aitor, Andrés, Goren, Fermín, Joana, Julen, Martín, Olaia, Jone y Unai, una cuadrilla que hizo su particular show en la plaza del Castillo y todo el mundo pudo participar. Ellos se disfrazaron de camellos y de speaker, y montaron unas peculiares carreras en las que la gente podía hacer sus apuestas (simuladas).

Otros, no tan elaborados, optaron por la comodidad. Joseba, Nerea y Pablo consultaron el parte meteorológico y, viendo la fría noche que se pronosticaba, pensaron un disfraz acorde a la situación. Albornoz, gafas, pastillero y la paga para el nieto fueron suficientes para vestirse de abuela, lo que definieron como "cómodo, caliente, sencillo y barato".

Dentro de la multitud de ideas para disfrazarse, muchos optaron por recordar personajes y momentos de la década, pero hubo confusiones en algunas cuadrillas. Mercedes, Helena, Sofía, Adriana, Paula, Isabel y Ana quisieron hacer un homenaje a una canción de la década, y se disfrazaron de Pavo Real en honor a José Luis Rodríguez, pero no tuvieron en cuenta que estaban haciendo memoria de una canción lanzada en 1979. También los hubo que quisieron hacer su pequeño recordatorio de la palabra del año 2019, como son David, Héctor y Miguel, quienes a última hora decidieron disfrazarse de emoji.

La Nochevieja más turística La característica Nochevieja de Pamplona se ha convertido en los últimos años en una atracción turística y cada vez son más las personas venidas de fuera de nuestras fronteras que acuden a la capital navarra para celebrar el año, disfrazarse y disfrutar de una noche de fiesta junto a los pamploneses. Los hay de todos los sitios, pero sobre todo los hubo procedentes de Francia. Igualmente, familias completas de otras comunidades eligieron Pamplona. Es el caso de una familia de Mataró, que cerró el año en una casa rural en Navarra y, siguiendo la tradición pamplonesa, salieron a la calle con sus disfraces para unirse a la fiesta de Nochevieja.