pamplona - La alta siniestralidad de la N-121-A (con 13 accidentes al mes durante 2019) y el dramático siniestro del pasado fin de semana, en el que perdieron la vida dos jóvenes en un accidente en Olagüe, no parece condicionar por el momento el futuro ya escrito de dicha carretera, donde según explicó ayer el consejero Ciriza no se contemplan medidas adicionales a la futura conversión de toda este trazado en una vía 2+1. Dicha solución homogeneizará la totalidad de la vía con tres carriles, de los que el central se alternará por tramos para el adelantamiento en una u otra dirección. La reforma viaria tendrá un coste de 70 millones de euros, un coste al que habría que añadir los 100 millones adicionales que costaría desdoblar los túneles de Belate y Almandoz.

Así lo señaló el consejero de Cohesión Territorial, Bernardo Ciriza, en conferencia de prensa al ser preguntado al respecto tras el nuevo accidente vial ocurrido en esta carretera el pasado sábado e indicó que está prevista una reunión de la Mesa de Carreteras para el próximo 28 de enero, en la que el de la N-121-A será “tema prioritario para este Ejecutivo”.

El consejero insistió en que la transformación de ésta en una vía 2+1, obra que está ya en proceso de ejecución, es la solución prevista por el Gobierno de Navarra para aumentar la seguridad de la carretera que conecta Pamplona con Behobia y defendió la solución por ser una vía “testada internacionalmente. Se inventó en Suecia, un país que está a la cola de accidentabilidad”, señaló Ciriza. Según apuntaron desde el Ejecutivo foral, la principal fortaleza de este tipo de carreteras es que suprime el 100% de los adelantamientos con circulación en sentido contrario sin perjudicar a la velocidad media de recorrido, además de reducir de forma muy significativa el riesgo de colisión frontal, puesto que los adelantamientos se realizan de forma despejada.

BARRERA DE SEPARACIÓN Esto es debido a que el proyecto de conversión de la N-121-A apuesta, en buena parte del recorrido de 63 kilómetros, por una separación de los sentidos de circulación mediante una barrera vertical metálica, con una altura de 0,6 metros y distancia entre postes de 4 metros. En consecuencia, el hecho de prohibir traspasar la mediana impide los giros a la izquierda de todos los accesos que se sitúan entre las intersecciones principales. Para ello, el proyecto prevé una serie de intersecciones tipo en los nudos existentes para el acceso a las poblaciones situadas a uno y otro margen de la carretera, de modo que se puedan realizar los cambios de sentido con mayor seguridad. Además, se dispondrá de sistemas de protección para motociclistas. Esta barrera física se instalará en todos los tramos en los que la vía pueda contar con dos metros de anchura para la disposición de la mediana. Quedan excluidas por tanto las estructuras -puentes y viaductos-, túneles y travesías.

138 accidentes en 2019 La brigada de Tráfico de la Policía Foral atendió durante 2019 un total de 138 siniestros -hasta el 18 de diciembre de 2019-, 26 más que en el ejercicio anterior. Así, los meses con más accidentes registrados fueron febrero y noviembre -con 17-, seguidos de abril, cuando se atendieron 16 incidentes.

En cuanto a los tramos, la Policía Foral subdivide la carretera en seis tramos para poder realizar un análisis de la vía que facilite información preventiva de la accidentalidad de la misma. En este sentido, -acorde a los datos actualizados hasta el pasado noviembre- el cuarto tramo, que abarca los casi 15 kilómetros comprometidos entre la boca norte del túnel de Almandoz hasta la gasolinera de Sunbilla, ha registrado el mayor número de siniestros de 2019 con 29 incidentes. A este tramo le siguen el primero (entre la salida norte del túnel de Ezkaba hasta la gasolinera de Burutain) y el segundo (desde la gasolinera de Burutain hasta la boca sur del túnel de Belate), en los que la Policía Foral tuvo que intervenir en 25 sucesos el año pasado.

la autovía, un coste disparatado

UPN, que propuso el 2+1, se descuelga pidiendo la autovía. Fue en 2015 cuando UPN, a través del que entonces era consejero de Fomento, Luis Zarraluqui, propuso la medida 2+1 y la reducción a la velocidad de 90 km/h en toda la vía como solución para agilizar el trafico de la N-121-A y aumentar la seguridad de la carretera, que ya entonces era la más peligrosa de la Comunidad Foral. Ahora, el portavoz de Navarra Suma, Javier Esparza, critica esta medida y pide una autovía, cuyo precio se dispararía hasta entre 900 millones y 1.000 millones de euros, según las estimaciones de Obras Públicas, frente a los 70 millones del 2+1.