- Lyne Tchattchet nació en Camerún pero ha vivido más de la mitad de su vida en Navarra. Vino cuando tenía 9 años y ahora tiene 22 y está cursando un Grado Superior de Técnico de Rayos en la Escuela Sanitaria, estudios que los compagina trabajando como auxiliar de Enfermería. Vive junto a dos compañeras en un piso de la Fundación Ilundáin en Ansoáin y le gustaría estudiar Enfermería en Pamplona, pero no sabe si podrá hacerlo si no encuentra dónde vivir: "Quiero buscar un piso compartido en Pamplona, pero es que no encuentro nada por menos de 700-800 euros. He hablado con mi compañera para irnos juntas y compartir gastos, pero si tengo que pagar 400 euros por una habitación no podré seguir con mis estudios".

Ahora lleva casi un año viviendo en un piso de la Fundación Ilundáin dentro de un programa para fomentar la autonomía de mujeres jóvenes. "La fundación nos da una oportunidad para poder ahorrar y también nos prepara para ser más independientes el día de mañana", explica Lyne, quien reconoce que su sueño es ser pediatra, pero de momento solo se plantea estudiar Enfermería.

Sin embargo, su condición de chica joven migrante le dificulta mucho el poder encontrar un piso con un alquiler asequible que lo pueda pagar con los ahorros que ahora está generando. "He tenido varias entrevistas para alquilar una habitación pero algunos, cuando ven que soy negra, no me alquilan. Hay mucha discriminación", denuncia la joven, que añade que también le han llegado a decir que "solo se alquilan habitaciones a españoles", algo chocante teniendo en cuenta que ella también tiene la nacionalidad española.

Pero también señala que los jóvenes sufren discriminación: "Tampoco quieren alquilar a jóvenes porque muchos tienen miedo a que convivamos mal. Además, en muchos sitios piden tener un contrato indefinido, pero con 22 años nadie tiene un contrato fijo. Pedir eso a alguien joven es negarle el acceso a una vivienda".

Ahora paga 100 euros de alquiler por su piso en Ansoáin. Cada dos semanas la trabajadora social acude a la vivienda para orientar a las chicas. Pero esta situación pronto cambiará pues superará la edad máxima para permanecer en el programa. "Yo soy feliz aquí y me gustaría quedarme, pero me da la sensación de que me voy a tener que ir a algún sitio donde los alquileres no sean tan altos porque la situación es la que es: si me quedo no voy a tener vida si tengo que dejar los estudios y trabajar en dos sitios para poder pagar un alquiler", se lamenta Lyne.

"En algunas entrevistas para habitaciones, cuando ven que soy negra, no me alquilan"

Joven en un piso de la Fundación Ilundáin