l confinamiento de toda la población debido al estado de alarma por el coronavirus está provocando que se vean situaciones de lo más inusuales en los balcones y comunidades de vecinos de todo el país. Muchas divertidas e ingeniosas, aunque también las hay emocionantes y de unión, como el aplauso unánime que la ciudadanía dedicó el sábado al personal sanitario a modo de agradecimiento por el trabajo que está realizando, y que se volvió a repetir ayer a una hora diferente para que los niños y niñas también pudieran participar.

Tras el éxito de la iniciativa, convocada a través de las redes sociales, ayer se pudieron ver nuevas propuestas para animar a la población. Una de ellas fue la difundida en Pamplona, en la que se hizo un llamamientoa la población a que saliera a los balcones a las seis de la tarde a cantar el Riau-Riau. Y así fue, bajo el lema Pamplona unida es más fuerte que el virus, vecinos y vecinas de gran parte de la comarca entonaron el popular Vals de Astráin, ya fuera siguiendo la melodía que sonaba a través de varios altavoces o con el acompañamiento de acordeones, guitarras y panderetas, y llenando así las calles de alegría.

Un momento que emocionó a muchas personas, ya que el Riau-Riau es un cántico especial para los navarros y navarras, y que acercó el ambiente sanferminero a la ciudad. Tanto es así que incluso alguna que otra persona se animó a vestirse de blanco y rojo como si estuviésemos en pleno siete de julio. En redes sociales, los vídeos no se hicieron esperar y algún tuitero confesó tener "los pelos como escarpias" al ver las calles vacías y a las personas cantando y bailando a pleno pulmón desde sus balcones.

A la misma hora, en Artajona, en apoyo y agradecimiento al personal que trabaja en la residencia Nuestra Señora de Jerusalén, se escucharon aplausos y la canción El eco de las piedras, la cual forma parte de un musical que están preparando los vecinos y vecinas del pueblo.

Además de en Navarra, en otros lugares también hubo diversas iniciativas para sobrellevar lo mejor posible la estancia en casa. El sábado a la noche, en Donosti se celebró una tamborrada improvisada en los balcones que llevó la fiesta al centro de la ciudad y, en Italia, país que está en la misma situación, salieron a los balcones a cantar y tocar instrumentos, ollas y sartenes.

Son varias las iniciativas que se están compartiendo a través de WhatsApp o haciendo virales en redes sociales, desde música a todo volumen como si de una discoteca se tratase hasta clases de gimnasia o partidas al bingo desde las viviendas. Todas ellas con la intención de pasar un buen rato y dejar de lado el aburrimiento.