- La mitad de los pacientes navarros que acceden a una primera consulta del Servicio de Alergología del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) y a la Sección de Alergias del Hospital Reina Sofía de Tudela, lo hacen por síntomas respiratorios, así lo indicó Ana Tabar Purroy, jefa del servicio de Alergología del CHN. Por otro lado, explicó que las alergias respiratorias más frecuentes suelen ser al polen, a los ácaros y a las mascotas. La tos, la disnea o el dolor de cabeza son algunos de los síntomas más habituales que pueden ser confundidos con indicios del covid-19.

Aunque exista esta similitud de síntomas Tabar aclaró que las alergias "no tienen fiebre", pero pueden tener asma y ésta "cursa con tos y disnea". Por otro lado, el malestar general, dolor de cabeza o cansancio son señales que se manifiestan en alérgicos al polen, "si la exposición es alta", añadió y tampoco tienen "dolores musculares y de articulaciones". Sobre la pérdida de olfato y gusto que manifiestan los pacientes con coronavirus aclaró que los alérgicos no cursan esos síntoma, "ni tampoco les duele la garganta, sólo les pica". Por otro lado, "las náuseas, vómitos y la diarrea tampoco van unidos".

Las alergias respiratorias al polen, que habitualmente se manifiestan más en primavera y en otoño, también cuentan con una serie de síntomas o manifestaciones muy específicas. A los pacientes que cursan este tipo de manifestaciones o "reacciones exageradas del sistema inmunológico a algún tipo de proteína", "les pican mucho los ojos, se les ponen rojos, les lloran", subrayó. Además, "estornudan mucho" y tienen secreciones nasales "muy líquidas". Otro de los indicios de alergia al polen suele ser el picor en los oídos, y también en el paladar, porque "las partículas pequeñas de polen se respiran y al llegar al paladar, causan picor", añadió.

Existen distintos tratamientos para paliar los efectos de este tipo de reacciones como los antihistamínicos, las gotas oculares, los esprays nasales, los comprimidos o los corticoides antiinflamatorios. La medidas de prevención habituales suelen ser las barreras físicas.

En este punto entrarían las mascarillas FFP, que además de prevenir el contagio por covid-19, según aclaró el doctor Ángel Moral, presidente del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), tienen una "elevada capacidad de filtración y reducen hasta un 80% las partículas de pólenes y polvo en aire inhalado". "Si la mascarilla se hace de uso obligatorio en espacio público, nunca a nuestros pacientes polínicos habrán estado tan protegidos", subrayó Tabar.

Por otro lado, si el diagnóstico permite hallar alguna de las fuentes dominantes de la alergia, se puede tratar con una vacuna. Se puede administrar en "el 20% de los pacientes en general y en los polínicos en la mitad o más", aclaró. Este tratamiento, a medio plazo "puede curar la enfermedad", pero si por ejemplo se tiene alergia al polen, "también tienes capacidad de desarrollar alergia a otros agentes", aclaró.

El proceso diagnóstico actual de alergias permite además hallar cuál es la proteína exacta del alérgeno que genera la reacción en el paciente. En este aspecto Tabar explicó que en el caso de los alérgicos al polen, existe un porcentaje que "cuando comen algún tipo de fruta, como sandía o melón o la piña, les causa picor en la boca".

Las formas de vida han cambiado y cada vez se viaja más. En este aspecto explicó que "nos movemos, cambiamos de escenario, nuestra oferta de alimentos es muy amplia" y se puede dar una mayor opción de reconocimiento de agentes extraños porque "no tenemos el sistema inmune ocupado en otras cosas", aclaró. Es decir, cuando el sistema inmunológico no está combatiendo otros agentes externos, es cuando aparecen las reacciones alérgicas.

El factor genético también juega un papel relevante en el desarrollo de las alergias porque "más del 40% de los pacientes tienen antecedentes familiares de padecer una enfermedad alérgica", explicó. Por otro lado, se considera que mínimo un 25% de las personas en un momento de su vida desarrollarán una enfermedad alérgica y hay entre un 10 y un 15% que en un momento determinado precisarán al menos una intervención puntual.

La mitad de los pacientes navarros con alergia respiratoria tiene algún polen positivo, y el 48% tienen alergia a los ácaros. Por otro lado, el número de pacientes que desarrolla alergias a animales, "se ha incrementado" en los últimos años. "Sobre todo en las grandes ciudades, porque ahora hay muchos, muchos domicilios que tienen epitelios", explicó. Lo que era una alergia que se manifestaba en un 3-4% de los pacientes, "ahora se manifiesta hasta en un 10%".

"Más del 40% de los pacientes tienen antecedentes familiares para padecer alguna alergia"

Jefa del Servicio de Alergología del CHN