- Las carreteras de Navarra volvieron ayer a ver a los ciclistas en sus arcenes. Casi dos meses y medio desde que empezó la cuarentena y dos semanas desde que se permitiese la práctica deportiva en el exterior, los ciclistas navarros pudieron volver al asfalto. Pese a que los habitantes de muchos pueblos de Navarra, los federados y los profesionales ya podían salir de los límites municipales, la mayoría de los ciudadanos veían limitada esa movilidad.

Durante estas últimas dos semanas barrios como el Soto de Lezkairu o las calles de polígonos como Landaben se convirtieron en un velódromo improvisado en el que los ciclistas hacían sus particulares contrarreloj. Pero el ciclismo en Navarra sin puertos no es lo mismo para los amantes de la ruta, quienes ayer volvieron a las carreteras para una primera toma de contacto y para intentar recuperar la forma perdida.

Es el caso de Miguel Ángel Martínez del Río y Óscar Insausti, dos Pamploneses de 56 años que después de dos meses con el rodillo decidieron ayer dar sus primeras pedaladas en la carretera. "Hemos salido para subir el Alto de Erro y ver un poco cómo estábamos físicamente", afirma Óscar Insausti, un conocido palista navarro retirado de los frontones desde 2003 y ganador una medalla de oro en pala en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, donde la pelota vasca fue deporte de exhibición. Empleados de banca y prejubilados, Oscar y Miguel Ángel aseguran que su intención para los próximos días es seguir saliendo a la carretera "hasta que el cuerpo aguante". "Después de tanto tiempo teníamos muchas ganas de salir con la bici. A partir de ahora espero que se vayan sumando más amigos", asegura Miguel Ángel.

Por su parte, Andrés, pamplonés de 70 años jubilado, es otro de los que ayer cogió su bici por primera vez en dos meses. Pero la jornada de Andrés fue más corta, ya que terminó en Zubiri después de una ruta por Egozkue. "Tenía pensado hacer una ruta mañanera y con lo de hoy, para empezar, ya he tenido suficiente y se me ha hecho algo más tarde de lo que esperaba". Con mascarilla en todo momento, pese a que en la práctica deportiva no es obligatorio su uso, Andrés tiene previsto mantener a diario sus salidas en bici "más por Estella y Etxauri", relata, y confiesa que estos días, sin poder salir a la carretera "han sido bastante duros". "He ganado cuatro kilos estos meses y hoy los he notado mucho. He estado unos días haciendo alguna ruta por dentro de Pamplona, pero me aburro. No me va el dar vueltas y vueltas sin sentido dentro de una ciudad", asegura Andrés.

Martín Iturri, de 64 años, también decidió ayer disfrutar de un paseo en bici por fuera de su localidad de residencia, Burlada, de la que salió a las ocho de la mañana con su bicicleta eléctrica de montaña para "disfrutar de un paseo" hasta Eugi. "Como la bici es eléctrica y voy despacio no me ha supuesto mucho esfuerzo llegar hasta Eugi pese a haber estado tantos días parado, pero se agradece poder salir a dar una vuelta", relata Martín, quien confiesa que es "más de caminar que de ir con la bici", y que desde que se permitió hacer deporte al aire libre todavía no había salido con la bicicleta. "En los próximos días subiré San Cristóbal, pero andando, ya que no es habitual que haga paseos en bici, salvo en días", concluye.

Para Iker, ciclista federado de Pamplona, subir ayer el puerto de Artesiaga no fue un gran reto, ya que él había podido salir a entrenar fuera de Pamplona, pero hasta ahora lo había hecho más en bici de montaña, pero este sí que era su primera salida larga con una bici de carretera. Erro, Artesiaga "y seguiré andando hasta que pueda" es la ruta que este ciclista realizó ayer en una jornada en la que asegura, pese a que la estaba permitido para más gente el poder salir del municipio a practicar deporte, notó menos afluencia de ciclistas en la carretera. "Estos últimos días he estado andando en bici de montaña por San Cristóbal y me encontraba a más gente por esa zona de la que hoy me he cruzado", recalca Iker.

Dos ciclistas que también estrenaron ruta ayer fueron Jesús, de 55 años y trabajador de Volkswagen, y Patxi, empleado de Acciona de 44 años. Tras dos meses de rodillo en casa, estos dos aficionados, habituales de la carretera, pudieron ayer disfrutar de la bicicleta. "Nos compramos rodillos cuando empezó la cuarentena, de los más baratos, y ya teníamos ganas de poder salir en bici con libertad", afirman. "Ahora hay que calentar la máquina y de aquí en adelante seguir andando como hacíamos habitualmente", aseguran Patxi y Jesús desde Eugi, justo antes de iniciar la primera de las dos subidas previstas para el día, Artesiaga y Erro.