Sunbilla ha recibido una atención mediática en la última semana como nunca antes. ¿La razón? Un brote de coronavirus en la localidad que saltó al escenario estatal magnificándose la realidad y llegando a generar titulares muy llamativos pero alejados totalmente de la realidad de este pueblo de Malerreka. Los bulos no tardaron en aparecer: Sunbilla, el pueblo de Navarra que se ha autoconfinado durante el coronavirus o Los vecinos de Sumbilla deciden autoconfinarse tras nueve positivos de coronavirus en este pueblo de Navarra. Pero la realidad es que ese autoconfinamiento nunca se ha producido. Tampoco el cierre de las piscinas -que no se iban a abrir en todo el verano- y de los parques infantiles -que se estaban adecuando para abrirse próximamente- responde al rebrote, tal y como se ha afirmado en algunos medios.

Allí, en las calles del pueblo, los habitantes siguen haciendo sus vidas con normalidad. Salen a pasear, van a hacer la compra, a la huerta o al bar a tomar algo con los amigos. No obstante, la repercusión mediática que ha tenido el rebrote ha llevado a muchas personas a cancelar su estancia en casas rurales o en el camping de la localidad, lo que ha provocado el enfado de los vecinos. "Ha habido cancelaciones hasta de turistas del extranjero. Nos preocupa y nos enfada, porque dista mucho de lo que está pasando realmente. Todos estamos haciendo una vida normal salvo las personas que han dado positivo, que sí que están confinadas como es lógico", expresa Amets Inda, alcaldesa de Sunbilla, que precisa que de los 16 casos que se contabilizaban hasta ayer fruto de este foco, 12 eran en el municipio y los otros cuatro son en una fábrica de Bera.

Agurtzane Zubieta atiende a dos clientas en su tienda de Sunbilla.

La mayoría de los contagiados "han sido asintomáticos", comenta Amets, que añade que, por lo menos, todos los positivos están cursando la enfermedad con carácter leve en sus domicilios. "Es una buena noticia que no haya complicaciones, pero claro, los contagios también han venido por ahí, personas que eran asintomáticas y que no sabían que tenían la enfermedad y se han relacionado con otras personas", apunta. En este sentido, la alcaldesa desmiente que la causa del brote esté en una comida o en una fiesta: "Aquí nos conocemos todos y los contagios se han producido en el entorno cercano y familiar".

"Se ha magnificado todo mucho y no se ha contrastado la información. Aquí la gente está paseando, yendo a comprar o tomando algo en el bar. Es muy duro ver que en la calle no pasa nada pero que los clientes llaman para cancelar reservas", relata Amets, que reconoce su preocupación y la del pueblo por la situación sanitaria, a la que no le quiere quitar "nada de importancia", pero que cree que la visión que se ha dado de lo que ocurre ha sido "desmedida". "Es algo que nos preocupa y que a todos nos pilló por sorpresa. De hecho, si no se hubiese dado toda esta información no nos hubiésemos enterado de quiénes estaban enfermos. Habrían estado en sus casas sin salir y ya", apunta.

Tres jóvenes pasean con sus bicis por una calle del pueblo.

Otro de los temas que han generado cierto enfado, es el tema de las piscinas y los parques infantiles. "Se ha publicado que se habían cerrado por esto y no es verdad. Las piscinas no se iban a abrir en todo el verano porque no se cumplían con los requisitos y fue una decisión a la que se llegó junto con otros ayuntamientos de la zona", explica la alcaldesa, que prosigue que los parques infantiles están cerrados desde el estado de alarma y que el pasado sábado les llegaron "las directrices para adaptarlos y cumplir con la normativa".

En lo relativo al brote, Amets relata que el rastreo de los contactos de las personas que han dado positivo "está siendo muy amplio". "Nosotros hemos seguido desde el primer momento las indicaciones que nos hacen desde Salud Pública y parece que es un foco que ya está controlado", destaca.

Un grupo de amigos charla en la terraza del bar Bustitz de Sunbilla.

Por lo demás, las calles de Sunbilla aparentan normalidad, los establecimientos mantienen su actividad y los jóvenes del pueblo pasean por las calles. Otros, como Josetxo Apeztegia, aprovechan estos días para poner a punto su huerta. "Aquí todo el mundo sigue haciendo vida con normalidad. Sí que ha habido algún familiar de un contagiado que ha decidido aislarse por si acaso, pero a parte de eso todos seguimos con nuestras vidas", relata este vecino de Sunbilla de 66 años. A él lo que le entretiene es la huerta que tiene en su caserío, pero también sigue saliendo a pasear por el pueblo junto a su mujer o a hacer recados: "No tengo ningún miedo, ni yo, ni nadie. Siempre tomamos precauciones y llevamos mascarilla porque esto es un tema serio pero aquí no hay más peligro que en otros sitios", señala Josetxo.

La consejera de Salud, Santos Induráin, apuntaba el pasado viernes que la situación en Sunbilla estaba controlada. Ese mismo día, Javier Hernández y su familia llegaban a la localidad desde Irun para pasar el fin de semana en la casa Martintzenea. "Estuvimos en duda pero escuchamos que la situación estaba controlada y la dueña de la casa nos dijo que no había riesgo, que los vecinos hacían vida normal y entonces decidimos venir", relata Javier que acudió junto a 15 miembros de su familia para organizar la despedida de soltera a una de sus primas. Como no son convivientes todos, han decidido tomar precauciones y tratar de mantener la distancia. Además, se toman la temperatura cada poco: "Hemos decidido disfrutar pero de forma responsable. El fin de semana está siendo genial y en el pueblo la sensación es de máxima normalidad".

"Sin tanta información, no nos hubiésemos enterado de quiénes estaban contagiados"

Alcaldesa de Sunbilla

"Yo siempre llevo mascarilla, porque es un tema serio, pero aquí no hay más peligro"

Vecino de Sunbilla