- La consejera de Salud, Santos Induráin, hizo ayer balance de este periodo “intenso y exigente” en el que Navarra ha estado inmersa durante cuatro meses debido a la crisis del covid-19 hasta llegar a la llamada “nueva normalidad”, o más bien una “nueva realidad en la que se mezcla la euforia con la precaución, el relajamiento con la tensión”, donde es “tiempo de conocer cada caso, de rastrear su cadena de contactos y de atajar los contagios”.

Así, Induráin subrayó que ahora toca “recuperar la actividad ordinaria manteniendo la alerta y la contingencia sanitaria”. Sin embargo, remarcó que “no nos podemos relajar, ya lo estamos viendo cada semana con los brotes”, ante los que “el objetivo es que no pasen a transmisión comunitaria con una detección precoz de casos, aislamiento de los contactos y con una PCR rápida”.

A juicio de la consejera, “con nuestros aciertos y errores desde los puestos de responsabilidad hemos tratado en todo momento de apoyar y también de proteger” a las personas. Asimismo, valoró “la apuesta del departamento por sus profesionales, que se ha traducido en un ambicioso programa de PCR para diagnósticos precoces”.

Por otra parte, a nivel personal, Induráin reconoció que este periodo ha resultado “muy duro”, pero destacó que también ha visto “trabajar como nunca a equipos de todas las áreas, dejando atrás temas estamentales, teniendo muy claro que trabajan por personas”.

Por último, la consejera aseguró que han hecho y que seguirán haciendo autocrítica, pero consideró que “razonablemente se ha hecho bien, lo que no quita que ha habido situaciones que si ahora echamos la vista atrás lo haríamos de otra manera”.