Septiembre suele ser un buen mes para el sector de los gimnasios, en el que registran altas de nuevos clientes y vuelven a recibir a los que dejaron el ejercicio durante el verano. No es así en este 2020 marcado por la pandemia de coronavirus, que ha reducido los inscritos en un curso marcado por la incertidumbre.

"Prudencia" es la palabra que se repite en un sector que acumula una reducción de ingresos del 40% respecto al año anterior, diez puntos más que la media europea, y que calcula que la disminución de su facturación se extenderá en 2021 en un 11%, según un estudio elaborado por la patronal EuropeActive y la consultora Deloitte.

Después del impacto de tres meses de confinamiento y el paulatino proceso de apertura de los centros deportivos, el miedo al contagio, a nuevas restricciones y las repercusiones económicas de la pandemia han provocado que los gimnasios reciban menos aficionados de los que habitualmente suelen inscribirse tras el verano.

"Nuestros centros están en un 30% menos de socios de los que deberíamos tener de media en este mes, seguro que el resto está igual e incluso otros estarán en el 50 ó el 60%", asegura a EFE el consejero delegado del grupo Serviocio-BeOne, Roberto Ramos, al frente de un grupo que cuenta con 37 centros en varios puntos del Estado, la mayoría concesiones públicas.

La cadena Altafit, con 82 centros, también ha detectado que el ritmo de altas "se ralentiza en un mes clave", aunque asegura que depende mucho de la localización del gimnasio.

"Hay gente que se plantea la vuelta, pero están llegando restricciones, por lo que hay centros que están muy bien, batiendo cifras, y otros que no", apunta a EFE su director general, José Antonio Sevilla.

LAS RESTRICCIONES POR LA SEGUNDA OLA, PRINCIPAL PREOCUPACIÓN

La posibilidad de nuevos confinamientos o medidas restrictivas -según la resolución de este jueves del Ministerio de Sanidad, en localidades confinadas el aforo pasará a ser de un 50% en espacios interiores y 60% en exteriores- es la principal preocupación de estas compañías, que mueven aproximadamente 2.400 millones de euros anuales en el Estado, según los datos de EuropeActive y Deloitte.

"Estamos todas las marcas valorando qué control hay de la segunda ola. Puedes hacer tus mejores planes, pero de nada sirven si cierran Madrid, que para nosotros es muy importante porque tenemos un volumen grande, o Barcelona, como ya ocurrió y tuvieron que anularlo", apunta Sevilla.

Para Ramos los centros deportivos se han llevado "un palo que no merecen", ya que consideran que se ha generado "cierta psicosis" y se les ha comparado con sectores, como el ocio nocturno, que no tienen nada que ver con ellos.

"Los centros deportivos siempre hemos sido muy excelentes en limpieza e higiene, con un perfil de personas a las que les gusta la salud, son espacios con una incertidumbre muy baja, hemos hecho muy bien los deberes, menos contadas excepciones, para proteger a empleados y clientes", afirma el ejecutivo de Serviocio-BeOne.

Coincide el directivo de Altafit, que apunta que los sistemas de acceso informatizado de los centros deportivos o la reserva de las clases a través de aplicaciones móviles aporta un elemento muy importante en la lucha contra el virus: la trazabilidad de los contactos de un posible positivo por COVID-19.

"Recibimos llamadas de rastreadores continuamente, y enseguida podemos identificar dónde ha estado cada persona y con quién. Somos un elemento clave para ayudar a la trazabilidad. Pocos comercios pueden decir quién ha venido a cada hora y con cuántas personas ha estado. Y la gente respeta las normas, y eso que entrenar con la mascarilla hace que haya que bajar la intensidad", recuerda.

Altafit es una de las pocas compañías que ha abierto nuevos centros tras la pandemia, en Barcelona, Cáceres, Gasteiz y Ansoain (Navarra), aunque según explica Sevilla no se trata de nuevas aperturas, sino de proyectos de gimnasios firmados antes de la pandemia que ya tenían sus obras avanzadas. "Nuestro plan de expansión era previo, ahora lo estamos modulando", apunta.

Otra empresa que mantiene el impulso es Brooklyn Fitboxing, la cadena de boxeo sin contacto, que ha abierto centros en Logroño, Castellón, Sevilla y Madrid, así como su primer establecimiento en Lisboa (Portugal), dos nuevos centros en Moscú (Rusia) y espacios en Ecuador y Rumanía.

"Que cada persona entrene en su espacio y con su saco nos convierte en un concepto de entrenamiento que da seguridad y ese puede ser uno de los motivos por los que estamos funcionando bien a pesar de la COVID-19", apunta Juan Pablo Nebrera, consejero delegado de esta compañía, que ha delimitado los espacios con mamparas.

UN FUTURO DE CONCENTRACIÓN EMPRESARIAL

Pese a esas aperturas, el ejecutivo de la firma de boxeo sin contacto no cree que la recuperación llegue antes de la segunda mitad del próximo año. "Pensamos que la recuperación llegará en la segunda mitad de 2021, nos quedan entre seis y nueve meses de recuperación paulatina, pero con paciencia y sabiendo que la COVID-19 va a afectar al negocio", añade.

Un futuro que tanto en el Estado como en Europa apunta a la concentración de marcas para reducir los problemas de liquidez, algo que señala el estudio de EuropeActive y Deloitte y corroboran los ejecutivos españoles preguntados por EFE.

"Va a caer gente y se va a concentrar más. Habrá más o menos los mismos centros, pero con menos empresas. La gente no va a dejar de hacer vida activa, y los índices de participación en actividad física aumentan cada año. Esto es una crisis de salud y eso va a hacer que nos preocupemos más por la salud", afirma Roberto Ramos, de Serviocio-BeOne. "Los que salgan de la crisis van a tener un entorno muy favorable durante el 2022", añade Nebrera.

Para llegar a ese futuro, los gimnasios piden a las autoridades que se las considere como un pilar más en la lucha contra la pandemia, tal y como lo son la distancia social, la higiene de manos o el uso de mascarillas, tal y como señalaron en un manifiesto la Fundación España Activa y Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas (FNEID).

"Solicitamos el reconocimiento de la contribución activa y positiva de los centros deportivos como un instrumento integral y fundamental de protección de la población frente a la crisis del COVID-19, que debe mantenerse plenamente operativo y accesible durante la duración de la pandemia", señala este manifiesto de un sector que pide reconocimiento contra la incertidumbre.