in pintxos por lo viejo, ni comidas, ni cenas de fin de semana; con la hostelería cerrada a cal y canto por la Orden Foral ha provocado que la venta de comida para llevar en los supermercados se haya disparado en los últimos días. Varios establecimientos ya ofrecían este servicio, pero con estas nuevas medidas se ha incrementado su demanda. Ahora que las navarras y navarros se han quedado sin poder salir a disfrutar de la gastronomía local y del vermú, la comida preparada se ha convertido en una alternativa en muchos hogares, una idea que nació para ahorrar tiempo en la cocina y que se ha transformado en una manera de romper con la rutina de esta pandemia.

La mayoría de consumidores de este servicio son personas de entre 25 y 40 años, que no tienen mucho tiempo para cocinar y apenas pueden hacer un parón para comer. Sobre todo las pizzas y los asados son los favoritos de los consumidores los fines de semana.

Punto de comida caliente En el centro comercial La Morea, el punto de comida caliente, del supermercado E Leclerc, se ha convertido en el foco de atracción para los empleados de la zona comercial y del polígono. A veces, resulta el modo más fácil de intentar comer como en casa. Marina Azcona Zúñiga, de 26 años, empleada en Sephora, apuntó que era "crucial" el poder comer algún bocadillo o pintxo de tortilla en el descanso. Con el cierre de los bares de la galería comercial se ha tenido que buscar una alternativa. "Cuando tenía horario partido, me comía en el descanso un bocadillo o un pintxo en el bar, ahora no puedo", señaló Azcona.

No solo los propios empleados del centro comercial son los que se acercan a consumir estos productos, también trabajadores del polígono. "Una ensalada o un bocadillo te sacan del apuro", comentó Irantzu Arano Legarreta, de 23 años, empleada del Leroy Merlín, que acude habitualmente al punto de comida preparada. Dependiendo de sus jornadas laborales los trabajadores del polígono Galaria no pueden ir a comer a casa y al no encontrar ningún establecimiento cercano esa es su mejor opción.

Otros supermercados, como Mercadona, llevan con su puesto de comida caliente desde el año pasado. Eroski ofrece también bandejas de comidas precocinada o platos sencillos de realizar. Otros supermercados dan la posibilidad de viernes a domingo de comprar comida caliente preparada que puede ser encargada desde su página web e incluso con servicio a domicilio.

EstuDiantes Esta oferta gastronómica también tiene su éxito y su demanda entre la población universitaria."No solía comprar comida para llevar, pero al no poder comer fuera de casa o tomar un pintxo en cualquier bar, un bocadillo o plato preparado está genial", comentó Lucía Sáez, de 23 años, estudiante de Magisterio y Pedagogía Infantil en la Universidad de Navarra. Ella como muchos más jóvenes estudiantes, comparte piso en la capital navarra. El tiempo para cocinar suele ser escaso y comer sano a veces se vuelve complicado en la vida universitaria.

En el caso de Amaia Legarreta Gámez , 21 años, estudiante de Comunicación Audiovisual en la UN, asegura que "cuando te pegas todo el día en la universidad, una ensalada o un plato de pasta te salvan la vida". El servicio de cafetería de la universidad no le agrada mucho, según contó a la hora de hacer los pedidos de comida y "sale mejor comprarte la ensalada, sandwich o plato de pasta en el supermercado".

Ahorrar tiempo "Ahorrarte un tiempo en la cocina y tirar de lo fácil de una manera sana", es la razón por la que Andrea Arias Ordoqui, de 25 años, profesora de educación primaria en Funes, recurre a este tipo de comida. "Yo voy y vuelvo de Pamplona a Funes cada día y no tengo mucho tiempo para cocinar" explicó Arias cuando exponía que este tipo de servicios de comida ayuda a comer de una manera más saludable y tener una dieta variada sin complicaciones.

"Me gusta alternar un poco y probar algún plato diferente de cara al fin de semana, sin la pereza de entrar en la cocina", comentó Irene Roldán Larequi, una joven de Pamplona, que ve en este tipo de servicio una variante a las cenas fuera de casa durante el fin de semana.

Por el contrario, Belén Gámez Borda, madre de familia y socio sanitaria, no tiene mucha simpatía por este tipo de alimentos. "Alguna vez compro tortilla, pero poco más, no soy muy amiga de ese tipo comidas", señaló. Reconoció que hay algunos que le gustan más que otros, pero compra en contadas ocasiones.

En el caso de Carla Abadía Sainz, 24 años, e Irene Aranda García, 18 años, residentes de Viana, el cierre de bares limita mucho su actividad. Ya no pueden ir a su ciudad vecina, Logroño, salvo por temas justificados. Pasar el día en Pamplona o Estella puede convertirse en un buen plan. Pero con los restaurantes y bares cerrados, un bocadillo o comida para llevar les soluciona el día. "Cuando volvemos de pasar el día, o si subimos a Pamplona de tiendas, es bastante útil entrar en el supermercado y comprar algo listo para comer y quitarnos de líos al volver a casa", apuntó Abadía Sainz.

'Gluten free' "Ya era complicado encontrar dónde cenar siendo celíaca, imagínate comprar comida para llevar", comentó Leyre Arias Ordoqui, estudiante de Nutrición y Farmacia. En algunos puntos de comida caliente de los diferentes supermercados se puede encontrar platos sin gluten, pero no existen puntos específicos de comida gluten free.

"En algunos supermercados la persona que te atiende te suele decir que productos puedes consumir siendo celíaca o no", señaló Arias, aunque admitió que debería haber más variedad.

Puede parecer que esta realidad no afecta a la mayoría de la población, pero tres de cada cuatro celíacos en España no saben que lo son. Esta enfermedad tiene un componente genético difícil de diagnosticar porque se manifiesta de diferentes formas y los síntomas pueden ser atípicos o estar ausentes. "Se debería promover más la oferta de este tipo de comida sin gluten, por el aumento de demanda", concluyó Leyre Arias.

Casco viejo La parte antigua de Pamplona ha quedado un poco apagada con el cierre de la hostelería, sin la gente de Iruña paseando por sus calles de bares y pintxos. Esto ha afectado al establecimiento Arbi, una tienda de comida caliente para llevar situada en la Calle Estafeta. "Aumentar mucho no. Cuando están los bares abiertos pasa mucha gente, entran y compran algo, eso se echa en falta" comentó la empleada del local.

Ella explicó cómo después de las nuevas medidas, "la gente al no ir a tomar algo a los bares de alrededor, no entran a comprar como antes". Pero reconoció que "los cuatro o cinco que siempre comen en los bares cercanos y saben que estamos abiertos vienen". "Cuando abran los bares ese aumento se va a perder, ya pasó con el confinamiento y eso no vuelve", lamentó. Este local, situado en el corazón del casco viejo de la ciudad, ve como esta situación es una de cal y otra de arena para negocios de toda la vida de la parte vieja de la ciudad. Antes abrían por la mañana y por la tarde, pero desde el anterior estado de alarma han mantenido su horario de 9 a 14 horas, de lunes a sábado.

En general, el aumento del consumo de estos platos de comida preparada se ha notado en Navarra en las últimas semanas. De esta manera mucha gente podrá olvidar, aunque sea un poco, las preocupaciones provocadas por la pandemia.

"Comía en el descanso un bocadillo o un pintxo en el bar, ahora no puedo"

Trabajadora centro comercial La Morea

"Yo voy y vengo de Pamplona a Funes cada día y no tengo mucho tiempo para cocinar"

Profesora de E. Primaria en Funes

"Alguna vez compro tortilla, pero poco más, no soy muy amiga de ese tipo de comida"

Socio sanitaria

"Se debería promover más la oferta de este tipo de comida sin gluten, por el aumento de demanda"

Persona celíaca