Claudio Manuel Sánchez Diéguez, es el nieto de Claudio Doroteo Diéguez, desde pequeño conocía la historia de su abuelo, incluso recuerda que su abuela Francisca le contó que los restos se encontraban en las inmediaciones de Sorozarreta. Durante el acto, Sánchez se ha encargado de leer una carta escrita por Concha, su madre e hija de Claudio Doroteo Diéguez.

Tras recoger los restos de su abuelo, Sánchez ha expresado que han sentido "una gran alegría", y que se trataba de "un logro después de tanto tiempo". Sobre el acto subrayó fue "muy emocionante", porque "salen muchas emociones, porque esto es tan triste como alegre".

Además, los familiares se han mostrado su agradecimiento a los recursos de las administraciones públicas y en concreto, al Gobierno de Navarra, "se ha conseguido identificar los restos que estaban tanto en Aranzadi como en Nasertic a través del ADN". En esta línea, se ha mostrado muy agradecido con todas las entidades que les han ayudado en todos estos años.

La importancia del ADN

La identificación de los restos de Claudio Doroteo Diéguez ha sido posible gracias a la muestra de ADN aportada por su hija Concha Diéguez. En esta línea, su hijo ha animado a los familiares de víctimas del franquismo que desconoces su paradero a aportar una muestra de ADN, ya que "es sencillísimo de sacar y gracias a ello, probablemente se podrían conseguir más identificaciones".

A las generaciones más jóvenes les ha trasmitido el mensaje de que no dejen atrás estos asunto y "que no lo olviden". En esta línea, ha destacado que "debemos comparar la situación actual respecto lo que hay a nivel mundial, con lo que ocurrió hace ochenta y pico o noventa años, ya que el germen es el mismo". Ha incidido en que "estamos prácticamente en un punto parecido desde el punto de vista social y político" y precisó que "es casi un reflejo de lo que hubo en aquella época y que no se olvide para que no se vuelva a repetir".

Claudio Sánchez ha tenido conocimiento de la historia de su abuelo desde que era pequeño. "Me vienen recuerdos de cuando era muy pequeñito, subiendo Etxegarate, por la antigua N-1, mi abuela me solía decir, está aquí donde la curva", ha reltado. Lo que no sabían, según ha explicado es "donde habían terminado los restos que se encontraron una vez que se cambió el trayecto de la curva". Tenían alguna hipótesis, pero "no llegabamos a imaginar que pudieran estar en Otsoportillo".

Gracias a la muestra aportada por Concha, "se consiguen identificar los restos que hoy nos han entregado". Ahora la familia quiere celebrar que su allegado ya está con ellos y cerrar este capítulo. Lo enterrarán en el sepulcro familiar, según precisó Sánchez, "la idea es enterrarlo con la abuela Francisca".