- Ana Paula Salas, natural de Ciudad de México, tiene 23 años y lleva cinco años en Pamplona, donde se ha graduado de Periodismo en la Universidad de Navarra y ahora se encuentra cursando el Máster en Comunicación Política y Corporativa. Explica que normalmente siempre solía llegar a México hacia el 23 de diciembre, pero este año por la pandemia no podrá ir. "Solíamos ir a Puebla, ya que mi familia es de allí. Cenábamos con mi abuela, y nos juntábamos todos los primos y tíos, unas 20 personas". Salas cuenta que este año toda su familia no se va a reunir y que solo lo harán sus padres, su hermano y su abuela. "Justo en México acaba de entrar en vigor el semáforo rojo, que es lo mismo que el estado de alarma. Mis papás y mi hermano se hicieron las pruebas PCR y el test de anticuerpos para ver a mi abuela, y les costó mucho hacérselos", relata.

Ana Paula lleva desde el verano de 2019 sin volver a su país y no ve a sus padres desde navidades del año pasado, cuando vinieron a visitarla. Este año Salas tampoco podrá volver con los suyos y gran parte de culpa la tiene el papeleo de Extranjería. Cada año, según explica la entrevistada, deben ir a la oficina ubicada en el barrio de Buztintxuri, para ir a "meter los papeles, como el seguro médico, situación financiera, estudios" y poder recibir así la tarjeta que les permite desplazarse fuera de España. "Sin embargo esa tarjeta tarda muchísimo en llegar, y lo que hacen es darte en el plazo de un mes un permiso, un salvoconducto provisional, para que también puedas viajar". Esta carta, afirma, se ha retrasado por la pandemia y a ella no le llegó hasta hace dos días. "La acabo de recibir y no da tiempo para que pueda hacer el papeleo para irme del país. Además, como muchos no sabíamos si llegaría, decidimos ya en noviembre que no nos íbamos a gastar un montón de dinero en el boleto de avión para que al final tuviéramos que cancelarlo".

Sus padres, asegura, estuvieron pensando en venir a España para verla, pero, como no encontraban información sobre si se podía viajar o había que hacer cuarentenas, decidieron no arriesgarse. "Incluso nos planteamos ir a Egipto, un país al que no había ningún problema para acceder y volver desde España y México. Pero el viaje era muy caro", declara Salas. Sostiene que conoce mexicanos que han logrado volver allí, "pero siempre está el miedo de que no puedan regresar. Una amiga se fue antes de la pandemia, y luego no le dejaron regresar a Pamplona hasta el 24 de octubre".

Ahora Salas pasará unos días con su novio, que es de Zarautz. "Mis amigas latinas y yo estamos tratando de sacar lo mejor de esta situación, que no es ideal. Porque si me pongo a pensar en lo mucho que no he visto a mi familia lloro". Cuenta que a su madre le afecta mucho no verla y por eso ahora está intentando incorporar las llamadas con su familia en rutina, "mi mamá me pidió escuchar mi voz al menos una vez al día. Le entiendo, nunca hemos estado tanto tiempo separadas".