esidentes y trabajadores de los centros de la tercera edad de Lumbier y de Ochagavía recibieron ayer con alivio la vacuna contra el coronavirus, un momento esperado al que miraban con esperanza desde hace tiempo, y que la nieve no impidió.

Apesar de ella, pudo ser y dos equipos sanitarios salieron de las instalaciones de Refena en dirección a sendos centros en los que transcurrió la vacunación con normalidad, aunque no exenta de los naturales nervios y algo de inquietud ante lo desconocido.

Llegaron acompañados de la Policía Foral. En el caso de Ochagavía, incluso, la patrulla salió a su encuentro hasta Navascués. Finalizada su tarea en este centro, el equipo volvió de refuerzo a la residencia de Lumbier, con mayor número de plazas.

"La hemos recibido con alegría, y si hubiera llegado antes, todavía habría sido mejor. Todo lo que se pueda adelantar para la segunda dosis es tiempo ganado", explicaba Nerea Garaoia, enfermera de la residencia de Lumbier. La segunda dosis la recibirán el 25 de enero, también en ambas residencias, y con ella alcanzarán supuestamente el 95% de inmunidad.

Sobre las 8.30 de la mañana comenzó la vacunación en Lumbier en el centro psicogeriátrico (30 residentes) y continuó con los usuarios y usuarias del geriátrico (88), a los que se sumó el centenar de trabajadores. En total suman 218. El proceso se alargó hasta cerca de las cuatro de la tarde ya que solo una enfermera del equipo técnico se ocupaba de inyectarla, mientras otra le ayudaba en la preparación y una tercera persona revisaba el historial médico de cada paciente. Además, hubo que esperar los 20 minutos de rigor para detectar posibles reacciones.

Acostumbrados a recibir otras vacunas como la de la gripe, la del coronavirus es una vacuna desconocida y eso también se detectaba ayer a la hora de recibirla ambos colectivos, según expresaba la sanitaria. "Por una lado, sentimos que estamos más protegidos, sobre todo por ellos, así que la esperábamos con cierta ansiedad. Marzo está cerca y hace casi un año que vivimos en tensión y con miedo a contagiarnos en el día a día, con una visita o un ingreso hospitalario", puntualizaba.

De igual modo se vivió en Ochagavía. "Hemos conseguido salir de todo esto sin positivos, y se trataba de llegar a la vacuna", destacaba Elvira Ruiz, directora del centro Valle de Salazar.

En Ochagavía el inicio se retrasó por la nieve en carretera, comenzó sobre las 11.00 y en dos horas finalizaba. En total se vacunaron 32 residentes y 28 trabajadores, que no sufrieron reacción alguna.

La sala de visitas se habilitó para la vacunación, por lo que estas no se realizaron en horario de mañana. Por la tarde, volvió la normalidad y se permitió a dos familiares por residente, siempre que fueran de la misma unidad convivencial.

"Los Reyes se han anticipado aqui y nos ha causado alegría. No hemos dudado. Sabemos que estamos ante un virus super agresivo que causa daños irreparables en algunos casos", concluía la directora aliviada al final de su jornada.

"Hemos conseguido salir de esto, quedaba llegar hasta la vacuna y lo hemos logrado"

Directora de la residencia de Ochagavía