Si 2020 dejó la estampa inédita de un Madrid desértico por el confinamiento, 2021 no se queda atrás y ofreció este sábado imágenes insólitas de una capital convertida en una inmensa estación de esquí, donde las pistas fueron calles tan emblemáticas como la Gran Vía.

El temporal y la borrasca Filomena dejaron un Madrid colapsado, donde calles y autopistas estuvieron intransitables y no funcionó ni el transporte ferroviario ni el aeropuerto.

Las aceras y calzadas madrileñas, cubiertas por un manto blanco de más de medio metro, fueron conquistadas por esquiadores, familias con trineos y tablas de snowboard y cientos de personas más que salieron a pasear, jugar y disfrutar.

La urbe se peatonalizó casi por completo, y fue tan difícil ver comercios abiertos como vehículos circulando por la ciudad.

La gran cantidad caída permitió modelar enormes muñecos de nieve en muy poco tiempo. Una de las figuras blancas fue levantada con una altura de unos dos metros en la Plaza del Sol. En esta céntrica plaza, como ocurrió en la de Callao, se formó una batalla de bolas de nieve entre desconocidos, acompañada con música. Aunque se respetaban las distancias, alguna mascarilla para protegerse del coronavirus no logró sobrevivir a la humedad del ambiente.

Pese a los resbalones y los pies atrapados, los vecinos no renunciaron a salir de sus casas, compartiendo carril con los esquiadores que aprovecharon la situación “histórica” para practicar este deporte.

En la Plaza Mayor, Jorge comentó que jamás se hubiese imaginado estar en pleno centro histórico de Madrid vestido con la ropa de esquí, pues a lo único que está acostumbrado en la ciudad es a la contaminación.

Las inclinadas calles del barrio de Lavapiés fueron otras de las improvisadas pistas de esquí y snowboard de la capital, donde los niños usaron bolsas de basura para deslizarse por la nieve, aunque tenían que tener cuidado con los árboles caídos.

Uno de los bangladeshíes que viven en la zona grababa la nieve que se acumulaba frente al restaurante que dirige: “Nunca habría pensado que vería tanta nieve en Madrid”, aseguró.

En todos los barrios los vecinos se afanaban en aligerar balcones y ventanas del peso de la nieve, con el riesgo de caer sobre las cabezas de los que pasaban por abajo entre bromas y algún que otro enfado.

En definitiva, la mayor nevada en Madrid desde 1971, que dejó 33 litros por metro cuadro en 24 horas.

Cierre de centros educativos. A consecuencia de la nieve acumulada, todos los colegios, institutos y universidades de la Comunidad de Madrid permanecerán cerrados el lunes y el martes, anunció la presidente Isabel Díaz Ayuso.

Evitar el acopio de alimentos. Manuel Giménez, consejero de Economía, pidió a los madrileños “no hacer acopio innecesario de alimentos” y aseguró estar en contacto con la principales cadenas de distribución de la región para que no haya déficit en supermercados.

Desplome en un pabellón. El techo del pabellón deportivo del colegio bilingüe Villa de Móstoles terminó cediendo por el peso de la nieve acumulada en la localidad. Los vecinos avisaron de que el techo comenzaba a ceder y finalmente el tejado acabó desplomándose.

Un parto en coche. Una mujer de 34 años dio a luz en un coche tras esperar durante horas a una ambulancia. Finalmente fue trasladada por Samur-Protección Civil al hospital de La Paz con su hija, Clara, que pesó 3,2 kilos.

Música en la Puerta del Sol. Las canciones A quién le importa, de Alaska o La Macarena, de Los del Río sonaron en una Puerta del Sol cubierta de nieve.

El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, advirtió en referencia a las aglomeraciones en la Puerta del Sol que “el número de contagios por la covid todavía es muy elevado”.