l aforo de las villavesas de la Mancomunidad de la Comarca Pamplona siempre ha sido tema de controversia en esta pandemia, tanto para sus pasajeros como para los conductores. Con las nuevas medidas restrictivas las villavesas mantienen su aforo al 50% si bien esta medida parece no cumplirse según horas y líneas.

“En las horas puntas las villavesas se llenan de unas maneras, que ni antes de la pandemia”, señaló María Etxarri González, una vecina de Pamplona. Como muchos vecinos de la comarca de Pamplona utiliza la línea 4 para volver a casa tras su jornada laboral. “Está claro que los conductores siempre tenemos la culpa para los pasajeros”, explicó un chófer de villavesa, “nosotros tenemos que controlar quien entra y sale del vehículo, que se cumplan las medidas de seguridad, y todo esto mientras seguimos al volante”. Los conductores ven complicado que esta medida “para disminuir los contagios” pueda “servir realmente”.

“La gente, hablando mal, se cabrea cuando le cierras la puerta en la cara porque se ha llegado a la mitad del aforo”, señala el conductor, que añade que lo ve “algo normal, a nadie le gusta eso”. Este chofer ve conflictivo restringir la entrada a los pasajeros cuando se supera el número de personas permitido, “muchas veces se deja pasar a gente, al final lo paga quien menos culpa tiene”.

Las villavesas de la comarca cuentan con dispensadores de gel hidroalcohólico, mínimo uno en cada vehículo. También tienen la obligación de que la mitad de sus ventanillas permanezcan abiertas para garantizar la renovación de aire durante el trayecto. “Se agradece bastante que haya gel en el autobús y corra un poco el aire, porque eso de que el roce hace el cariño ya no es tan cierto”, comentó Aracelí Jiménez, una vecina de Barañáin, que ayer viajaba en la villavesa después de una mañana de compras por Pamplona.

Sobre la posibilidad de seguir la campaña que impulsó el Ministerio de Sanidad y que se ha aplicado en otras comunidades de no hablar en el transporte público, son muchos los usuarios que lo consideran “un despropósito”, “una vergüenza”, y lo califican de “indignante”. “Si ya no nos dejan ni hablar en el transporte público, esto va a parecer una dictadura”, remarcaban.

Actualmente la Mancomunidad tiene en funcionamiento todos los vehículos disponibles de su flota. “Contamos con vehículos articulados que nos permiten llevar hasta 71 personas”, detalló un conductor de la línea 5. “Ese número de personas ahora, con este virus suelto, puede parecer una barbaridad, expresó, pero en verdad, no es para tanto”, remarcó.

El vecindario de Pamplona y Comarca con el toque de queda de las 23.00 horas carece de vida nocturna. Por ese motivo, la Mancomunidad de Pamplona decidió tomar la decisión de adelantar la hora de cierre de las villavesas nocturnas a las 00.00 horas. Esta medida ya tomada hace unos meses sigue haciendo mella entre algunos usuarios. “Me parece una vergüenza que apenas se cuente con servicio nocturno, algunas personas que salimos tarde de trabajar utilizábamos ese servicio”, resaltó Mª Jesús Garriz, vecina de Sarriguren.

Por su parte, los conductorespiden “comprensión” a las personas que utilizan este servicio, ya que “no merecía la pena” tener a trabajadores conduciendo autobuses “prácticamente vacíos”.

50% de aforo. Los autobuses de la comarca de Pamplona solo pueden llevar el 50% de la capacidad de pasajeros. En algunos casos y horas punta, algunos de los vehículos han contado con un número mayor de usuarios del permitido.

Autobuses silenciosos. La campaña que impulsó el Ministerio de Sanidad y que se ha llevado a cabo en diferentes comunidades autónomas como La Rioja, Catalunya o Madrid parece no haber calado en la Comunidad Foral. “Ya lo que nos faltaba, que no nos permitan ni hablar en el autobús”, señaló una usuaria de la línea 2 de camino a su lugar de trabajo.

“Tenemos que controlar quién entre y sale del autobús, y todo esto mientras seguimos al volante”