- El Estanco número 51 de Pamplona, situado en la Calle Fuente del Hierro lo regenta la empleada Ainara López desde hace más de un año y medio. Cuando comenzó el Estado de alarma en marzo, Ainara notó desde el comienzo una caída considerable de la venta del tabaco. “Hemos notado una bajada en todos los productos. Es cierto que al principio vendimos en grandes cantidades debido al miedo que existía, pero desde entonces no ha hecho más que bajar”, explicó la dependienta.

A pesar de las cantidades que se vendieron en esas primeras semanas de pánico, estas no suplen o compensan estas transacciones diferenciales. Las medidas en Navarra fueron duras para la hostelería, por lo que tampoco ayudaron a las expendedurías. “Los bares cerraron, por lo que nosotros tampoco vendíamos en las maquinas de cada local. Desde que abrieron los establecimientos a finales de noviembre, hemos notado un pequeño impulso en las ventas. A pesar de estas medidas, en los bares hosteleros con máquina se sigue comprando tabaco”, declaró Ainara, la dependienta.

En la puerta del estanco se encontraba Rosa Abad,estudiante de 22 años, esperando turno. “Las medidas impuestas me han incitado a fumar mucho menos, por lo que, por una parte, lo agradezco. En los bares sí que es cierto que, cuando estás sentada, a la vez que disfrutas de una cerveza, siempre apetece fumar. Es un poco violento que tengas que estar pendiente de todo lo que hay a tu alrededor para poderte echarte un cigarro con tranquilidad”, concluyó la joven.

“El inicio del estado de alarma trajo consigo un incremento, en forma de pico, de ventas”