La pandemia y las numerosas restricciones que ha acarreado para terminar con esta “pesadilla”, inevitablemente han afectado todos los aspectos de las vidas de las personas, especialmente en lo emocional. Sin duda, las relaciones sociales, ya sean amistosas o amorosas, se han visto trastocadas al eliminar de la ecuación el contacto, los besos, los abrazos y también el sexo. Begoña Labaien Alonso, con más de una década de experiencia acompañando y asesorando a parejas desde su centro de Psicología y Sexología, advierte de que el número de consultas se han multiplicado con la llegada de la covid-19.

Podríamos pensar que las parejas no convivientes estén pasando por ciertos problemas para seguir su relación con normalidad. ¿Cuáles son los efectos que está causando el distanciamiento social en las parejas?

-La relación de pareja se nutre del contacto, de la calidad del encuentro entre personas que van tejiendo una red de confianza, unido al placer que les aporta tanto física como emocionalmente. La distancia hace que se deteriore la calidad del encuentro y la transmisión de estímulos enriquecedores más allá de las pantallas. Cada pareja tiene sus puntos fuertes y débiles, y serán estos últimos los que pueden dar problemas. Por ejemplo, si hay falta de confianza, las inseguridades pueden ir a más en la distancia. Pueden aparecer la impotencia y la frustración por no poder estar juntos físicamente y con ello la sensación de apatía o enfriamiento del vínculo. Sin embargo, también puede ser que la pareja se fortalezca en la distancia y se hagan conscientes de la calidad de su relación.

¿Cómo se pueden paliar estos efectos?

-Cuando perdemos recursos necesitamos fortalecer otros, en este caso será el de comunicarnos de forma sincera y auténtica, expresar a la pareja cómo nos sentimos y buscar juntos fortalecer el equipo que formamos. Combatir la desesperanza sabiendo que esto terminará y aprovechar para imaginar juntos lo que haremos cuando nos encontremos al fin puede resultar muy positivo. El sexo virtual es otro recurso, por supuesto. Lo importante es favorecer el deseo y mantener el erotismo en la relación.

¿Y en el caso de los solteros?

-Para quien no tiene pareja, las aplicaciones para conocer gente pueden ser buena opción para acercarnos, que al fin es nuestro objetivo: buscar el contacto, la comunicación, el cariño y el placer con otro ser humano.

Las personas sin pareja han visto muy limitada la posibilidad de conocer a gente nueva. ¿Puede esto acarrear problemas emocionales?

-Una persona soltera construye por lo general una red importante de amistades y oportunidades en el tiempo libre (actividades, salidas, viajes…) que satisface su necesidad de disfrute sin necesidad de tener pareja. Al reducirse drásticamente esas opciones puede experimentar vacío y soledad, incluso sentir más la falta de una relación estable en su vida. Gente que antes reivindicaba su soltería como la opción más saludable, actualmente se lo está replanteando.

¿Ha aumentado en consecuencia de la falta de contacto el consumo de pornografía?

-Aumenta en la medida que disminuyen otros estímulos placenteros. Las personas necesitamos compensar carencias y la falta de contacto social está ocasionando muchísima frustración. A partir de ello, cada uno lo compensamos de una manera.

¿Qué consecuencias podría tener este aumento?

-Las consecuencias dependerán de cada persona, del mismo modo que el aumento de alcohol, consumo de videojuegos, aislamiento social… El abuso de la pornografía puede llevar a serios problemas en pareja, sobre todo cuando se chatea con otras personas, lo cual es habitual cuando hay una pérdida de control.

¿Qué consejos daría para sobreponerse a estas dificultades?

-Es muy importante cuidar aspectos concretos como pasar juntos tiempo de calidad en el ocio, compartir obligaciones para no sentir desigualdades, cuidar la intimidad sexual descubriendo lo que a ambos nos haga sentir bien… Y para todo esto el ingrediente fundamental: una comunicación sincera. No podemos pretender que el otro adivine lo que siento y encima enfadarme porque no me da lo que quiero. Tendré que aceptar que a veces no tengo razón, dejar los egos fuera y desde la humildad pedirnos ayuda.

¿Han crecido las consultas en su centro?, ¿qué demandan?

-Han aumentado de forma clara desde el verano, llama más gente que antes de la covid. La mayor demanda es por efectos de la ansiedad en distintos aspectos de la relación: sexuales, celos, bloqueos… La gente está más preocupada, triste y con menos confianza en sí misma o en sus recursos.

¿Se está viendo un aumento en casos de infidelidades o rupturas?

-Hay muchas parejas que vienen diciendo “antes del covid… pero después…”, en algunos casos para bien y en otros para mal. He visto casos en los que durante la pandemia su relación ha mejorado por tener que pasar tiempo juntos, y también otros donde les ha alejado y se han dado infidelidades o rupturas. Todos nos hemos visto afectados, estamos peor y al final cada uno da lo que tiene dentro.

Por tanto, ¿se ha visto también afectada la salud sexual de las personas?

-Para tener buena salud sexual es necesario sentirse medianamente feliz, el estrés es lo que más afecta. Las restricciones hacen que el disfrute no fluya, que estemos de mal humor y esto afecta al deseo sexual. Por otro lado, si estamos en diferentes comunidades el problema se agrava pues las relaciones pueden llegar a enfriarse. No obstante, todo va a depender de nuestra actitud, podemos salir de ésta reforzados, si buscamos el modo.