- Dos personas fueron detenidas y pasaron ayer a disposición judicial por los disturbios ocurridos el sábado en Pamplona al término de una manifestación en apoyo del rapero Pablo Hasél en los que se lanzaron piedras y botellas, se quemaron varios contenedores y se produjeron cargas por parte de la Policía. Unos incidentes en los que resultaron heridos de levedad tres agentes de la Policía Nacional, según informaron fuentes de la Delegación del Gobierno en Navarra. Muchos vecinos de Iruña han visto las protestas necesarias, pero discrepan del uso de la violencia como método para hacerse oír.

"La violencia no es un medio por el que expresar tus sentimientos o pensamientos respecto a algo que no compartes o estas en contra. Cuando recurres a ella, toda la credibilidad del acto pierde su importancia". Así es como la estudiante Eva Santacilia describió el motivo de los sucesos en la tarde de ayer en Pamplona.

A ella le parece muy bien que la gente se manifieste por los ideales que tenga. "Pero en cuanto a destruir todo el mobiliario público y todo lo que conlleva no, ya que después tienen que limpiarlo otras personas y los violentos se olvidan del destrozo que han hecho", subraya.

Santacilia opina además que es probable que mucha gente fuese a manifestarse de manera pacífica, pero que por cuatro o cinco personas que quisieron "liarla", se acaban uniendo más y al final "se crea lo que se creó". "Respeto lo que piense cada uno y lo que decidan, pero así no son las maneras", afirma.

Fernando Jiménez Villarejo y Elías Urrutia, dos universitarios pamploneses que se encontraban ayer en el Casco Antiguo declararon que "fue un poco penoso que se llegue a esos extremos, a esa radicalización".

Aseguraron que se puede estar de acuerdo o no estarlo, y que entienden que se produjera una manifestación, pero que es necesario que se mantenga el orden.

"Es completamente legítimo estar en desacuerdo con la sentencia y manifestarlo, pero respetando también el orden y la ley", comentó Urrutia.

Sobre las manifestaciones por la detención Hasél que se están produciendo en diversas ciudades del Estado, muchas de ellas con violencia, Jiménez afirmó no estar muy preocupado, ya que no cree que los actos violentos en las protestas vayan a tener mayor transcendencia. "Tú puedes decir que estás de acuerdo con la sentencia o que estás en desacuerdo, pero tiene que ser respetada y no debes recurrir a la violencia".

Su compañero afirmó que está un poco preocupado por la "radicalización en todos los extremos". "Me preocupa un poco, creo que la mayoría de los problemas se pueden arreglar perfectamente de una manera civilizada", expresó.

Uxue Sangalo y Garazi Elkarte, jóvenes vecinas de la capital navarra, declararon que creen que los manifestantes no deberían responder así, pero que les parece bien que se quejen. "No me parece normal que lo hayan metido en la cárcel. Tiene que haber libertad de expresión para que cada uno pueda decir lo que quiere ¿no?", explicó Elkarte.

"No estoy de acuerdo con las formas de lo que han reivindicado, porque creo que lo pueden hacer también pacíficamente, pero me parece normal que se quejen. Creo que se deben quejar, pero pacíficamente", sostuvo. También opinó que "si nadie hace nada, parece que a todo el mundo nos parece bien que le metan en la cárcel, cuando no estamos de acuerdo".

Su compañera, Sangalo, contestó que le parece bien que la gente esté enfadada, pero que "montando tanto pollo" igual pierden más la razón. "La gente se va a enfocar más en lo que han roto y lo que han quemado que en el mensaje que quieren dar pero entiendo que estén enfadados", relató.

Iñaki Velasco, vecino de Pamplona de 52 años, contó por su parte que ve muy bien las manifestaciones por la libertad de Pablo Hasél, porque le parece una vergüenza que lo hayan encarcelado. Sin embargo, tampoco entiende que haya que romper escaparates o cruzar contenedores para reivindicar eso. "No estoy de acuerdo con los desperfectos que se ha causado en algún local. Además, este año los comercios y los bares están pasando una temporada muy mala. Se puede protestar de diferentes maneras", apuntó.

Maitane Zabaleta, otra joven pamplonesa, sostuvo que "es vergonzoso cómo actuó la Policía ayer, porque era una manifestación sin ninguna intención de llegar a esos límites y pienso que en ese aspecto se aprovecharon y actuaron de la forma que no debieron".

Conchi González Martínez, de 61 años, y dueña de una tienda en la Plaza San Francisco, cuyo exterior fue pasto de las llamas debido a los disturbios, explicó que se quedó encerrada en la tienda, sobre las 20.30 horas, porque pusieron delante de su puerta tres contenedores. "Yo vi que ponían la barricada, y entonces cerré, pero al poco noté que se veía el resplandor del fuego por debajo de la persiana, por lo que llamé a los bomberos y vinieron enseguida", contó.

Además, informó que mientras esperaba a los bomberos se lo tomó "con calma", porque aunque entraba humo, pudo ir a un patio trasero que hay en la tienda. "Los daños por suerte solo fueron en el exterior del local", declaró. González tiene una reivindicación y pide que muevan los contenedores a un lado más apartado, ante el temor de nuevas manifestaciones, puede que violentas, en el futuro.

"Me parece muy mal que encarcelen a Hasél, pero no hay que romper escaparates por ello"

Vecino de Pamplona de 52 años

"Me parece bien que la gente se manifieste, pero no usando la violencia como arma"

Estudiante