- Los nuevos datos que se desprenden del ensayo clínico promovido por el Instituto de Salud Carlos III han confirmado que combinar las vacunas de AstraZeneca con Pfizer potencia la inmunidad “celular” ya que se generan más anticuerpos contra el covid-19. Según la revista científica The Lancet los nuevos datos del ensayo clínico CombivacS sobre una pauta de vacunación combinada -una dosis de AstraZeneca más una segunda de Pfizer- se suman a los que revelan una respuesta inmunitaria más potente gracias a una mayor generación de anticuerpos [inmunidad humoral].

Según los responsables del estudio, el sistema inmunitario reacciona frente a las vacunas con dos formas de defensa. La primera se denomina inmunidad humoral y consiste en la generación de anticuerpos por parte de células inmunitarias llamadas linfocitos B, que bloquean al virus antes de que realice la infección. La segunda es la inmunidad celular, que se produce gracias a la activación de linfocitos T, otro tipo de células inmunitarias que adquieren la capacidad de destruir las células ya infectadas.

La generación de anticuerpos es el principal objetivo de una vacuna, pero sumar también inmunidad celular es muy importante para reforzar la respuesta inmunitaria y mejorar la protección frente al virus, recuerda el Instituto. Los primeros resultados del estudio CombivacS señalan que una pauta de vacunación combinada induce a una respuesta potente tanto humoral como celular frente a la Covid-19, unos datos que, si se confirman en el tiempo, pueden facilitar el diseño de pautas futuras de vacunación basadas en la combinación de vacunas.

Esta nueva información se produce tras la confusión generada entre la población menor de 60 años vacunada con AstraZeneca y que tiene por completar la segunda dosis. CombivacS reitera que la pauta de vacunación combinada potencia de manera “muy significativa” la inmunidad humoral, de forma que los anticuerpos alcanzados son incluso superiores a los observados con dos dosis de una misma vacuna. Ahora resalta que los nuevos resultados también señalan una mayor inmunidad celular.

En concreto, los datos de CombivacS apoyan que, mientras que la respuesta celular frente al SARS-CoV-2 no varía después de la vacunación con dos dosis de AstraZeneca, la vacunación con una dosis de AstraZeneca y una segunda de Pfizer induce un aumento cuatro veces superior en la producción de interferón gamma [proteína que ayuda a dar respuesta inmunitaria celular]. Según el informe, los títulos de anticuerpos se multiplicaron por 150 veces a los 14 días de haber administrado la segunda dosis de Pfizer, un efecto que ya era evidente a los 7 días.

Ayer mismo, líderes de cuarenta países se comprometieron a aportar 2.400 millones de dólares más a la campaña global Gavi Covax AMC, lo que permitirá financiar la distribución de 1.800 millones de dosis de la vacuna de la covid-19 entre 92 países en vías de desarrollo con el propósito de inmunizar al 30% de su población para finales de año. José Manuel Durao Barroso, director de la alianza por la vacunación Gavi, calificó la cumbre de “gran éxito” al haber recaudado esos 2.400 millones de dólares, lo que eleva la cantidad total movilizada por la iniciativa desde que fue puesta en marcha a 9.600 millones de dólares.

Los países participantes en la cumbre ofrecieron además 54 millones de dosis adicionales de vacunas que serán donadas al mecanismo conjunto, lo que eleva el total a 132 millones de dosis, concretaron desde esta corporación internacional.

Denuncia. Oxfam Intermón denuncia que de los 1.770 millones de dosis de vacunas que se han administrado en todo el mundo, el 28% ha sido en países del G7 y un 0,3% se han puesto en países de renta baja. Esto significa que, al ritmo de vacunación actual, los países de renta baja tardarán 57 años en vacunar a toda su población, mientras que los ricos podrían tener a toda su población vacunada el 8 de enero de 2022.

Voluntad. “Resulta obsceno que países ricos con capacidad para vacunar a su población impidan a los países pobres producir las dosis de vacunas que necesitan para salvar vidas”, afirmó Iñigo Macías, para quien “es triste” que los países en desarrollo dependan de Covax, o de la buena voluntad de la industria farmacéutica.