an sido 11 meses y 8 días en los que la mascarilla ha sido obligatoria en todos los ámbitos de nuestra vida salvo en el domicilio y en algunos momentos excepcionales. Lo que hasta marzo de 2020 era una prenda de protección sanitaria que solo usaban los sanitarios y algunos ciudadanos de países asiáticos se convirtió de la noche a la mañana en la principal barrera contra la pandemia de la covid-19, contra la que el mundo todavía sigue batallando. Mañana, la mascarilla deja de ser obligatoria en exteriores, siempre y cuando se cumpla la distancia interpersonal de 1,5 metros, aunque los expertos abogan por llevarla siempre encima para usarla en lugares con mucho tránsito.

Esta flexibilización llega cuando Navarra se encuentra con los mejores datos epidemiológicos en casi un año. La vacuna se extiende ya en el tramo de 30 a 39 años, la incidencia acumulada a 14 días se sitúa en torno a los 100 casos por 100.000 habitantes y la presión hospitalaria es baja con menos de 30 pacientes covid. La situación del resto del Estado es similar, lo que ha llevado al Gobierno central a relajar el uso de la mascarilla en una época en la que, además, su uso es especialmente incómodo por el calor.

"La mejora de los datos es clara y la vacunación ya llega a gran parte de la población por lo que quitar la mascarilla en exteriores puede ser una decisión adecuada en este momento", apunta la jefa de Neumología del CHN, Pilar Cebollero, "eso sí, hay que tener sentido común y seguir siendo muy cuidadosos porque el virus sigue ahí y habrá que seguir usándola en muchos momentos". De hecho, Cebollero señala que es bueno que una persona pueda ir sin mascarilla cuando pasea por el campo o en espacios muy abiertos pero incide en que "para quitárnosla en algunos momentos, hay que llevarla en otros, como por ejemplo en interiores y también en lugares al aire libre en los que haya aglomeraciones". En la misma línea, el investigador del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra, Jesús Castilla, recomienda a la ciudadanía "recordar todo lo aprendido hasta ahora" para así "tomar las medidas adecuadas usando el sentido común".

No obstante, Miguel Ángel Martínez, catedrático de Salud Pública en la Universidad de Navarra, cree que el momento actual es "peligroso para quitar la mascarilla". "No ha sido adecuada la decisión de lanzar ahora ese mensaje. Yo no entiendo por qué el virus es distinto el día 25 del día 26 de junio", defiende Martínez, que añade que el fin de la mascarilla debería haber venido de la mano de "educación sanitaria": "Esto tendría que haberse acompañado de mensajes continuos, de decir: 'Por favor, sean prudentes y si van a sitios concurridos deben usar la mascarilla. No les vamos a poner una multa, pero sean solidarios, piensen en los demás'. Me parece que es algo fundamental".

De hecho, que la mascarilla deje de ser obligatoria en algunos momentos, no quiere decir que no sea prudente y aconsejable usarla en otras muchas circunstancias. "La mascarilla y el gel hidroalcohólico siguen constituyendo dos elementos indispensables en nuestro equipaje. También el lavado constante de manos con agua y jabón se mantiene como una máxima de higiene fundamental para alejar la amenaza de la covid-19 allá donde estemos", explica el experto médico de Cinfa, Julio Maset. Asimismo, recuerda que, de cara al verano, es importante hacer un buen uso de la mascarilla. "Hay que secar regularmente el sudor del rostro para evitar que la mascarilla se humedezca muy rápido y cambiarla más a menudo si se ve que está deteriorada", aconseja.

Si nos vamos a ir de vacaciones, la mascarilla tiene que ser una de las prendas indispensables en nuestra maleta, siguiendo las recomendaciones de los expertos. "Va a haber momentos en los que podamos estar sin mascarilla: en la playa, dando un paseo por espacios abiertos, etc. Pero va a haber otros en los que sea necesaria: terrazas, calles con aglomeraciones, etc.", explica Cebollero. Asimismo, aconsejan los lugares abiertos y al aire libre por delante de interiores como centros comerciales, bares o restaurantes, donde hay mayor riesgo de contagio. En este sentido, Gabriel Reina, investigador de Microbiología de la Clínica Universidad de Navarra (CUN), opina que con la situación actual "sí es prudente quitar la mascarilla" en exteriores, aunque defiende su buen uso en interiores. "A día de hoy, sabemos la importancia de los aerosoles en los contagios, por lo que el mayor peligro se da en los interiores, donde va a seguir siendo obligatoria", expone.

Por su parte, Maset aconseja que "a pesar de que resulte tentador refugiarse en centros comerciales o en el interior de bares y restaurantes por disponer de aire acondicionado, es preferible buscar espacios abiertos, porque los lugares cerrados implican mayor transmisión del virus".

Por su parte, Miguel Ángel Martínez recomienda mantener precauciones en exteriores e intensificarlas en interiores: "En interiores hay que mantener mascarilla y distancia. En exteriores, o bien mascarilla o bien asegurar la distancia. Ha sido un rédito impresionante el que ha tenido el uso generalizado de mascarillas".

Respecto a la medida que entra mañana en vigor, la investigadora del CSIC y codirectora del Laboratorio de Coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología, Isabel Sola, considera que es "entendible que vayamos experimentado cómo es esto de ir soltando lastre y recuperando la normalidad ahora que la vacunación se ha extendido". En declaraciones a la Cadena Ser, advierte de que "hay que seguir teniendo cuidado y no hacer una política del todo o nada", de manera que, al quitarnos la mascarilla, tampoco se mantenga la distancia u otras medidas. No obstante, el porcentaje de personas vacunadas está "por debajo del 50%, el virus sigue circulando y el riesgo de infección está ahí".

En los inicios de la pandemia, allá por marzo y abril, el desabastecimiento de material sanitario, como la mascarilla, fue uno de los problemas más graves. Las autoridades trataban de que no cundiese el pánico defendiendo que la mascarilla no era tan importante para detener la enfermedad. Sin embargo, meses después, ya con existencias suficientes, la mayoría de países estableció la obligatoriedad de su uso, al ser la principal barrera contra la covid-19. "Se ha demostrado que la mascarilla es una herramienta eficaz para detener al virus. Ya había culturas que lo tenían interiorizado y sería bueno que aquí se quedase para determinados momentos", defiende Castilla.

En la misma línea, Reina defiende que hasta la llegada de la vacuna, la mascarilla ha sido el principal arma contra el virus: "La mascarilla, antes de tener la vacuna, era la herramienta numero uno. Ahora ya estamos centrados en la vacuna, que nos va a hacer volver a la normalidad, pero para detener al virus la mascarilla ha sido la principal medida".

"Hay que recordar lo aprendido hasta ahora y tomar medidas adecuadas usando el sentido común"

Investigador del Instituto de Salud Pública

"La mascarilla sigue siendo un elemento indispensable para alejar la amenaza de la covid"

Médico de Cinfa

"Para poder quitarnos la mascarilla en algunos momentos, hay que ponérsela en otros"

Jefa de Neumología del CHN

"Hasta la llegada de la vacuna, la mascarilla ha sido la medida número uno frente al virus"

Especialista en Microbiología de la CUN

"El fin de la mascarilla obligatoria debería haberse acompañado de educación sanitaria"

Catedrático de Salud Pública en la UN

"Hay que seguir teniendo cuidado y no hacer una política del todo o nada"

Investigadora del CSIC