Hay noticias de este tipo, que te trastocan todo, no te haces a la idea, te parece imposible que ocurran cosas así... la noticia de ayer fue una de estas: en Almería nuestro compañero Patxi, ha perdido la vida junto con su esposa, María.

Así de repente, trabajando, nos hemos enterado del accidente que truncaba unas vacaciones que Patxi había planeado para disfrutar de sus hijos a quienes idolatraba y de María, su rubia... y la noticia nos dejó con una mezcla de incredulidad y tristeza.

Patxi era un ser especial, alegre, desenfadado, amante de la vida€desde el principio nos caímos bien, empezamos a llamarnos primicos desde que comenzó en la Brigada Asistencial, su carácter, su humor, su alegría contagiaba.

Ambos compartimos partidos de futbito, de pádel, galimbas, como las llamaba él, tras estos partidos intensos. Patxi era vital, le gustaba lo que hacía y pertenecía a la Brigada Asistencial, unidad que se dedica a los malos tratos a la mujer además de otras funciones, un grupo al que no quiere ir todo el mundo por la carga emocional que tiene.

Trabajador, le gustaba lo que hacía, le gustaba ayudar a los demás, incluso había hecho recientemente un curso de agente protector junto a varios compañeros para ayudar a los propios agentes si lo necesitaban. Todos lo apreciábamos por su alegría, por sus ocurrencias, por esa vitalidad que emanaba entre tanta desgracia. Su carácter daba vida al grupo, su sentido del humor ganaba a todo el que lo conocía.

Las llamadas a su rubia desde el curro, eran diarias, cuando coincidías en el trabajo con Patxi: cariño, no te preocupes, ya voy yo, lo hago yo, ya voy a buscarlos yo, tranquila rubia los cojo yo, y nos hacían sonreír al ver su picarona sonrisa conforme las decía. Y el amor a sus hijos, no he visto padre más orgulloso de sus hijos que Patxi, alardeando entre nosotros a diario de que uno metía goles en la Mutilvera y otro en el Waterpolo Navarra, tardaremos en ver un padre tan orgulloso de sus vástagos.

A veces se piensa en la policía como un ente ajeno a los sentimientos, pero no es cierto y la trágica muerte de Patxi y de María lo demuestra, porque nos ha devastado. Patxi había pedido este año no trabajar en sanfermines, recuerdo que nos reímos cuando nos lo propuso y se lo echamos en cara, pero la rubia tenía fiesta tras muchos meses de lucha contra la pandemia y era sagrado el tener esos días libres. Y de repente cuando más estaba disfrutando de María, de sus hijos, nos ha venido el mazazo, estando trabajando, cogiendo denuncias.

Ojala te hubiéramos negado esos días, Patxi, ojalá. Porque este accidente nos ha dejado tocados, el vació que dejas en Asistencial será difícil de llenar, tu carácter alegre, tu manera de ser la echaremos en falta siempre.

Descansa en paz, con tu rubia, amigo, primico. Tus compañeros nunca te olvidaremos porque la Brigada no será la misma sin ti.

Un abrazo eterno.