- El Departamento de Salud del Gobierno de Navarra ha remitido durante la pandemia por la covid-19 más de 120 cartas de reprobación a usuarios del servicio público de salud por haber protagonizado agresiones a sanitarios, principalmente de índole verbal. El novedoso documento, que es entregado en mano por agentes de la Policía Foral, advierte de una posible denuncia en caso de reiteración, con altas multas económicas.

El pasado año se notificaron un total de 458 agresiones externas a profesionales del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea (SNS-O), sobre una plantilla de 13.000 profesionales. De ellas, 351 fueron verbales, 105 físicas y 2 con daños a la propiedad/robo, según el balance realizado por el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Servicio Navarro del SNS-O.

En 2019, esta cifra fue de 393 (275 verbales, 114 físicas y 1 con daños a la propiedad/robo), que se traduce en un incremento significativo de las agresiones verbales y una disminución de las agresiones físicas. El incremento registrado en los últimos años se puede atribuir, en buena parte, a las acciones informativas para fomentar la notificación de agresiones que se vienen realizando, de forma continuada, desde diferentes instancias, como las direcciones de profesionales, el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales y las direcciones sanitarias de los centros del SNS-O, los agentes sindicales y los colegios profesionales.

En las agresiones notificadas en 2020, el 75% de los episodios de agresión fueron protagonizados por pacientes y el 25%, por familiares o acompañantes. Según el desglose, de las 351 agresiones verbales a profesionales, 193 notificaciones fueron por amenazas verbales de la persona usuaria, 158 por insultos; de las 105 físicas, 83 por agresiones físicas no intencionadas, 22 por agresiones físicas intencionadas; y 2 por daño a la propiedad/robo. El 79% fueron de carácter no intencionado.

Las tres principales causas que se identificaron como generadoras de la agresión fueron la falta de conexión con la realidad del o la paciente provocada por diversos motivos (127) -en cifras similares a 2019 (120)-; la disconformidad del usuario con la aplicación de protocolos existentes (97), con un importante incremento respecto al año pasado (40); y la discrepancia con el tratamiento o el diagnóstico (52 notificaciones respecto a 62 en 2019).

La coordinación permanente con el Interlocutor Policial Sanitario de Policía Foral es uno de los pilares para dar respuesta a los incidentes que sufren los trabajadores del SNS-O. “Ante una agresión, el trabajador tiene que ponerlo en conocimiento de su superior y redactar un informe. Si se trata de un asunto de cierta gravedad, desde Policía Foral nos ponemos en contacto con el responsable del incidente para informarle de que está incurriendo en una infracción administrativa o incluso en un delito, con el fin de que no reincida”, explica Carlos Yárnoz, comisario de la Policía Foral que encarna la figura del Interlocutor Policial Sanitario del Cuerpo autonómico, que advierte de que “el personal sanitario, en el ejercicio de sus funciones, es autoridad. De modo que una agresión a uno de estos profesionales puede ser constitutiva de un delito de atentado a agente de la autoridad”.

El comisario de la Policía Foral ha acudido al Complejo Hospitalario de Navarra “en persona a tratar asuntos graves. Por ejemplo el de un paciente al que bajaron al quirófano y sacó una navaja”. Igualmente, se cita a los implicados a comisaría en aquellos casos de cierta relevancia. “Ha habido casos como el de una persona que solicitó datos de unos profesionales “para matarlos”. Se le citó inmediatamente”, apunta Yárnoz.

En todos estos casos graves, el Departamento de Salud remite de oficio una carta de reprobación. También en los casos leves, si el agredido da el visto bueno. “Se trata de un documento que lleva más de un año y medio en funcionamiento. La carta la llevamos la Policía Foral en mano a casa del destinatario, con acuse de recibo. En los temas serios se les cita en comisaría para hacerles entrega de la carta. Hasta ahora nadie ha repetido carta”.

No obstante, Yárnoz advierte de que “para muchos trabajadores es suficiente con realizar un informe de lo ocurrido”. Y al respecto subraya que “la mayoría de los incidentes son por agresiones verbales. Es demasiado habitual los incidentes con las auxiliares de los centros de salud. Y por ello queremos lanzar el mensaje de que es intolerable y la gente debe saber que hacemos un seguimiento de cada caso”.

458

De las 458 de las agresiones notificadas, 351 fueron verbales, 105 físicas y 2 con daños a la propiedad/robo, según el balance realizado por el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Servicio Navarro del SNS-O.

+16,5%

En 2019, la cifra de agresiones notificadas fue de 393 (275 verbales, 114 físicas y 1 con daños a la propiedad/robo), lo que implica que se ha producido un incremento significativo de las agresiones verbales y una disminución de las agresiones físicas.

127

Las tres principales causas que se han identificado como generadoras de la agresión son: la falta de conexión con la realidad del o la paciente provocada por diversos motivos (127) -en cifras similares a 2019 (120)-; la disconformidad del usuario con la aplicación de protocolos existentes (97), con un importante incremento respecto al año pasado (40); y la discrepancia con el tratamiento o el diagnóstico (52 notificaciones respecto a 62 en 2019).

144

El mayor porcentaje de las agresiones notificadas el año pasado por el personal del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea fue soportado por las enfermeras y enfermeros. En total, dieron traslado de 144 incidentes. De ellas, 62 fueron agresiones verbales con amenaza del usuario; 48 agresiones verbales con insultos del usuario; 24 agresiones físicas no intencionadas; 9 agresiones físicas intencionadas; y 1 daño a la propiedad.

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