El Banco de ADN del Instituto Navarro de la Memoria (INM) ha conseguido identificar un total de 30 víctimas del franquismo desde su fundación en el años 2016. Además, cuenta actualmente con 275 expedientes abiertos y 225 cuerpos sin identificar.

El proceso de identificación suele arrancar con el primer contacto con la familia. Éste se puede dar de dos formas: mediante las asociaciones o por iniciativa propia del INM.

En esta línea, el jefe de la sección de Documentación del Instituto Navarro de la Memoria, César Layana, destaca que las asociaciones han colaborado mucho en el proceso y desde el principio “difundieron entre los asociados la existencia del Banco, por lo que ellos se han ido poniendo en contacto con nosotros”.

Por otro lado, en el caso de conocer el origen de alguna víctima, es el propio INM quien busca a la familia. En este aspecto, Layana recuerda que “hay familiares por toda la península, sabían que tenían un familiar represaliado pero no sabían donde había sido fusilado. Si tenemos algún contacto tomamos la iniciativa”.

El equipo de Nasertic responsable de la identificación de restos. De izq a dcha: Naiara Lizarraga, Raquel Garralda, Susana Pedrosa, Lola López y Mariola Elía. Fotos: Iñaki Porto

Tras esa primera toma de contacto, se concierta un primera reunión en persona o por vía telefónica para comentar todas las circunstancias, y conocer y recopilar la información sobre la persona desaparecida. “Se hace la ficha ante mortem, con todas las circunstancias que se conocen, se cruza con otras informaciones, con la bibliografía, historiografía y los datos del Fondo de la Memoria Histórica de la UPNA”. Posteriormente, entra en juego Nasertic que lidera la parte de análisis genética. A su laboratorio llegan las muestras recogidas por Aranzadi en las exhumaciones y las muestras recogidas a los familiares. Una vez que se encuentren coincidencias entre ambas muestras, Nasertic notifica el hallazgo al Instituto Navarro de la Memoria y posteriormente, el organismo se pone en contacto con las familias para organizar la entrega.

LA FUGA DE EZKABA

Desempolvar los años de historia, unir la información de las familias, de los documentos históricos y de los posibles testigos en ocasiones resulta una tarea un tanto complicada debido a que los hechos se remontan hasta ocho décadas atrás. En casos concretos como la Fuga de Ezkaba, Layana destaca que hay 206 asesinados, “de ellos hemos exhumado a 54 y tenemos contacto con más de 40 familiares”. A pesar de la complejidad del proceso, las nuevas tecnologías y en concreto las herramientas de cotejo de ADN disponibles, han facilitado de forma significativa el proceso de identificación.

Naiara Lizarraga extrae el ADN ataviada de los EPI correspondientes para no contaminar la muestra.

Precisamente, tras llevar a cabo esa identificación, Layana cuenta que el siguiente paso es el proceso de comunicación, que “es un momento muy emotivo”. Posteriormente se realiza el acto institucional de entrega de los restos a los familiares, donde el propio Gobierno de Navarra asume la responsabilidad de los hechos, “para que los familiares sientan ese reconocimiento y ese apoyo”.

En BREVE

Tres estrategias. Nasertic emplea tres estrategias en el proceso de cotejo de ADN que se lleva a cabo para identificar los restos. En el caso de familiares directos (hijos e hijas), se emplean los STR Autosómicos, que analiza 21 marcadores genéticos distribuidos por todo el genoma y que aporta una gran capacidad de exclusión. En casos de parentesco menor, se emplea el cotejo del cromosoma Y, que se va a mantener inalterable en las líneas paternas, o el análisis del ADN mitocondrial, que se va a mantener inalterable en las líneas maternas. Estas últimas estrategias permiten incluir en los estudios a nietos o sobrinos.

LA FRASE

“De los 206 asesinados en la Fuga de Ezkaba, hemos exhumado a un total de 54”

CÉSAR LAYANA

Jefe de la sección de Documentación