La decisión del Departamento de Educación de imponer este curso la jornada continua con actividades extraescolares por las tardes no ha gustado ni a las direcciones de los centros, ni al profesorado ni tampoco a las familias. Un rechazo que se está visibilizando estos días en varias zonas rurales de Navarra, donde las familias del alumnado transportado se ven obligadas a dejar a sus hijos a estas actividades gratuitas si quiere seguir utilizando el autobús. Y es que Educación limita el servicio del transporte de vuelta al alumnado que se quede a las extraescolares salvo que el 100% de las familias beneficiarias acuerde que sus hijos e hijas no participen en ellas. En este caso podría adelantarse y salir después del comedor. Si no hay consenso, las familias que no quieren apuntarles a estas actividades deben ir a recogerles.

Con esta actuación, el Departamento se lava las manos y traspasa los problemas del transporte a las familias, que deben ponerse de acuerdo en una cuestión en la que ambas posturas son respetables. Y es que el derecho a ser transportado es de todos, tanto de aquellos que necesitan quedarse en las extraescolares voluntarias como de los que prefieren recoger a sus hijos después de comer.

El problema de esta polémica radica en la falta de planificación de un Departamento que decidió, dos días antes de empezar el curso, imponer una jornada continua con extraescolares gratuitas sin contar con el respaldo de las direcciones y las familias. Los centros que ya tenían jornada continua antes de la pandemia, porque así lo habían decidido por votación, ya saben que el autobús del alumnado transportado sale después de las actividades extraescolares que deben ofrecer estos colegios, y así se refleja en su proyecto de modificación de jornada.

La situación actual es diferente porque nadie ha elegido esta modalidad de jornada y las familias afectadas creen que Educación debería de haber tenido en cuenta los problemas que ibna a generar la oferta de extraescolares en los colegios comarcales y buscar una solución que satisfaga tanto a las familias que han apuntado a sus hijos a estas clases como a las que no.

Choque de derechos

Las dos asociaciones de directores y directoras de centros públicos de Infantil y Primaria, Nize y Adipna, ya advirtieron a mediados de septiembre de las complicaciones que esta jornada iba a provocar en la organización de los centros. Entre otras cuestiones plantearon la controversia que había generado entre las familias de alumnado transportado. Educación les obliga a llegar a acuerdos para decidir cuándo sale el autobús, lo que está generando conflictos ya que supone un choque de derechos entre los que quieren inscribirse en las extraescolares y aquellos que no.

Los problemas se repiten en numerosas zonas de la Comunidad. Entre las que han hecho público su descontento están familias de la zona de Adiós, Añorbe, Úcar y Enériz, que llevan a sus hijos e hijas al colegio de Puente la Reina o padres y madres de alumnado del área de Baraibar, Iribas, Astiz... que acuden a la escuela Lekunberri y de municipios de la Cendea de Galar que estudian en Erreniega (Zizur). También han visibilizado su malestar vecinos de localidades del valle de Ollo, que el pasado lunes hicieron una movilización en las puertas de los colegios de Orkoien, así como un grupo de madres y padres de Lezaun, Iruñela y Zurukuain que el miércoles mostraron su desacuerdo.

En todos los casos, las familias defienden el derecho de las que sí han optado por inscribir a sus hijos en las extraescolares pero piden al Departamento que también que tenga en cuenta su reclamación. Denuncian que la falta de planificación de Educación a la hora de organizar la jornada este curso está provocando que haya familias que se queden sin derecho al servicio de transporte por el simple motivo de no querer inscribir a sus hijos en unas actividades extraescolares voluntarias. Por ello urgen a Educación una solución a sus problemas más allá de pedirles que lleguen a un acuerdo.