"Darle la vuelta a la tortilla". Ese es el mensaje que mandan las 18 trabajadoras que conforman la plantilla de la residencia San Miguel, que se han trasladado a Lodosa junto a los 35 mayores para intentar que afronten el cambio de centro con la mayor alegría posible. Para ello, están impartiendo talleres psicológicos tanto para usuarios como para trabajadores después de la conmoción que supuso salir urgentemente del centro por la riada.

"Intentamos adaptarnos a la nueva situación, que es muy dura. Estamos haciendo unas dinámicas psicológicas para que los residentes no cambien tanto de rutina ni se desorienten. Y también para que los trabajadores no entren en estrés y gestionen mejor su carga de trabajo", explica Andrea Toledo, asistenta social de la residencia.

Los ejercicios de escucha diaria y apoyo son muy necesarios en un momento de conmoción para los ancianos. "Muchos no saben dónde están y eso les provoca un estado de ansiedad y de desorientación. No saben exactamente lo que está pasando y hay que escucharles y darles ánimo todo el tiempo. Estamos continuamente haciendo dinámicas y los residentes están contentos. Por ejemplo, este miércoles hemos hecho una fiesta y nos hemos disfrazado".

Además, han realizado un vídeo en el que se narra su experiencia.

Tardarán semanas en volver

Los 41 usuarios de la residencia San Miguel de Funes que tuvieron que ser evacuados por la riada tardarán varias semanas en volver al centro. 35 de ellos se encuentran en Lodosa, uno en Peralta y otros cinco han optado por trasladarse a domicilios de familiares. "Vamos a ser optimistas y a pensar que esto solo va a durar semanas", explica Andrea Toledo Ruiz, asistenta social de la residencia.

Estado en el que se encuentra la cocina de la residencia de Funes.

"Estamos esperando a que el seguro nos valide todo porque las cocinas, las calderas y el cuadro eléctrico quedaron totalmente inundadas. Los bomberos ya han sacado los dos metros de agua que había, pero sigue sin haber luz, agua caliente ni calefacción. Hemos tenido unas pérdidas enormes y ahora estamos viendo cómo podremos sobrevivir. Ya teníamos un gran déficit debido al coronavirus y esto ha sido la gota que ha colmado el vaso", relata.