Un exalumno del colegio de los Padres Escolapios de Pamplona, Fernando Gómez Serrano, que cuenta ahora con 68 años de edad, ha denunciado tanto en DIARIO DE NOTICIAS como en el periódico El País los abusos sexuales que sufrió mientras era estudiante en el centro por parte de dos religiosos de la congregación, en concreto el padre Faustino Osés y el padre Azcona, abusos cometidos entre 1962 y 1965 y que se refieren básicamente a tocamientos sufridos con total impunidad en el devenir habitual de lo que era entonces una jornada lectiva.

Este pamplonés, que estudió en Escolapios entre los 5 y los 17 años, edad a la que se marchó a trabajar a Bilbao (luego estuvo trabajando en Andalucía y volvió en los últimos años a vivir a Pamplona), recuerda que los abusos cometidos por estos dos religiosos eran una conducta aparentemente normalizada en el centro. Afirma que en torno a 1965 se encontraba con un compañero de clase jugando al balón y terminaron golpeando una puerta. El padre Faustino Osés se hizo con el esférico y el amigo de Fernando, sin ningún remilgo, le espetó: "Si me devuelves la pelota, me dejo". A tal frase, Osés respondió "con una hostia que me cruzó la cara a mí", asegura Fernando. A continuación, salieron del colegio rumbo a la comisaría. Allí le contaron a la Policía la agresión sufrida y en el momento en el que un agente pidió explicaciones para entender por qué le había pegado el profesor, ambos amigos, junto a un tercero que les acompañó como testigo, denunciaron que era un abusador y un pederasta y que metía mano a chiquillos.

A partir de entonces, un profesor de la asignatura Formación de Espíritu Nacional (FEN) se puso a investigar el caso mencionado y, según recuerda Fernando, el padre Faustino terminó desapareciendo del colegio. Ellos, por su parte, fueron sancionados por haber salido del colegio sin permiso para efectuar la denuncia. Les mantuvieron unas horas de castigo durante algunos días hasta marchar a casa más tarde. Faustino Osés se había aprovechado durante años de un tenderete de chucherías que habían montado los Escolapios en los soportales del patio y dicho escenario le servía para hacer de las suyas. "Él gestionaba aquella especie de tienda y ya te puedes imaginar lo que hacía, siempre tenía algún chiquillo encima. Lo que es cierto es que la religión para ellos, y más en la Pamplona de los años 60, la vendían a cambio de dos piruletas si te dejabas meter mano". Del tal Faustino Osés, su denunciante no había sabido nada hasta que una vez puesto en contacto con el diario El País. Este periódico descubrió que Osés tenía una denuncia en Chile, donde prosiguió su vida religiosa hasta los años 70 y tuvo una "sentencia canónica hace cinco años", manifestó a El País un portavoz de la orden. Ahora, con 92 años, según el mismo portavoz, se encuentra apartado del contacto con menores en la Comunidad Genil de Granada y, según sus palabras, no sabían nada de que también hubiera podido cometer abusos en otros colegios como el de Pamplona.

Fernando Gómez no solo apunta a la actitud pederasta de Osés dentro del centro, sino que amplía su denuncia al padre Azcona (no recuerda el nombre), que impartía clases de Latín y "te metía mano en mitad de la clase. Como llevábamos pantalones cortos, se aprovechaba de eso y de que tenía una mesa muy grande, así que te metía la mano lo que podía. Lo hacía de una manera generalizada". Sería el año 1962 o 1963. Lo recuerda como alguien sádico, que disfrutaba incluso dando pellizcos. Con los años le perdió de vista, pero se lo cruzó una vez por la calle Abejeras cuando Fernando iba paseando con su madre: "Me volví y le dije. Mira mamá, este es el cura que me metía mano y él se puso todo colorado". El denunciante manifiesta que estos episodios no le han traumatizado en su vida adulta, pero quiere dar este paso adelante porque le indigna la postura de la Conferencia Episcopal española. "Parece que aquí no hubiera pasado nada, y han abusado de niños durante décadas. Lo siguen negando y era una práctica habitual. La contradicción más brutal de esta gente es que te metían en la cabeza que el sexo era pecado y luego, lo que más les importaba, era saber si te masturbabas. Es lo más desagradable que he vivido, pero seguro que había internos que lo pasaron muchísimo peor".

El colegio de Pamplona dice que no sabía nada

La dirección del colegio Escolapios de Pamplona, que engloba a Calasanz y a La Compasión, informó ayer a las familias del alumnado que "no tenía conocimiento ni nosotros, ni la comisión "conocer la verdad" (constituida en Emaús para esclarecer hechos de esta índole y dar pasos para la búsqueda de la justicia). No tenemos más información. No obstante, nuestra postura siempre va a ser investigar los hechos y situarnos del lado de las víctimas". Con el fin de contribuir al conocimiento de estos u otros casos, el colegio dispone de sugerencia o aportación en este sentido, tenéis el correo: conocerlaverdad@escolapiosemaus.org