El Ministerio de Educación ha puesto sobre la mesa una ambiciosa propuesta para mejorar la profesión docente, entre otras cuestiones, plantea introducir una prueba específica para acceder a las carreras de Magisterio (Infantil y Primaria). El documento es sólo un esbozo ya que la intención de la ministra Pilar Alegría es dialogar con los agentes implicados para avanzar en la reforma de las grandes áreas que definen al profesorado: formación inicial y permanente, acceso a la profesión y desarrollo profesional.

Una de las 24 medidas recogidas en ese documento propone que los estudiantes de Magisterio tengan que realizar un examen específico para acceder a la carrera. Esta prueba de aptitud, que ya existe en las universidades catalanas y de Illes Balears, evaluaría competencias que no se ponen de manifiesto en la EVAU, como son la comunicativas, lógico-matemáticas, incluso con una entrevista. “Como propuesta resulta interesante. Llevamos tiempo mirando a países como Finlandia, que son muy exigentes a la hora de seleccionar a quienes van a tener la gran responsabilidad de formar a las nuevas generaciones”, afirma la decana de la Facultad de Ciencias Humanas, Sociales y de la Educación de la Universidad Pública de Navarra, Inés Gabari Gambarte, que añade que “la medida debe debatirse con el profesorado en activo, estudiantes que están en formación inicial y quienes, desde las universidades les estamos formando. Lo que está claro es que no se puede simplificar en términos de un examen selectivo al uso”.

Desde la Universidad de Navarra, la decana de la Facultad de Educación, Concepción Naval, no comparte la propuesta. “No soy partidaria de un régimen de excepcionalidad en el acceso. Me parece que hay estudios muy exigentes y con reputación, como Medicina, que no tienen una prueba”, explica la decana, quien considera que hay otras vías para prestigiar la profesión docente.

Si finalmente se establece una prueba, Naval prefiere que las universidades tengan “libertad” para fijar los contenidos dentro de un marco general flexible. La responsable de la UPNA considera que la posibilidad de que cada facultad diseñe su propia prueba “sería beneficioso porque podría hacer hincapié en lo que le parece necesario”, pero también le ve un problema y “es que no todos los aspirantes tengan las mismas oportunidades”.

Los motivos que alega el Ministerio para establecer esta prueba de acceso son el exceso de demanda que tienen estas carreras y la posibilidad de seleccionar a los mejores. “Queremos pensar que el espíritu de la propuesta tiene más que ver con seleccionar a quienes realmente tienen mejores capacidades para el perfil profesional que en dejar fuera a porcentajes de aspirantes. Efectivamente es una carrera con mucha demanda, el hecho de que haya una nueva prueba por si misma posiblemente no solventará el problema”, reflexiona Gabari, que añade “creo que puede ser un arma de doble filo y no sé si contribuirá a la equidad en el ingreso, en el sentido de la propia ley orgánica. Habrá que consensuar si hacerse y en qué términos”.

En la UPNA se ofertan 170 plazas de Maestro en Primaria (35 en internacional) y 100 de Maestro de Infantil (15 en internacional), y 40 del doble grado. “ Se preinscriben 10 personas por plaza y más de la mitad de las preinscripciones como primera opción no logra plaza”, reconoce la decana de la UPNA. En la UN se ofertan 40 plazas de Magisterio Infantil, 50 de Primaria y 60 de Pedagogía. “Si la demanda sigue al alza y hay menos oportunidades laborales quizá los candidatos elijan otra carrera. Frente al intervencionismo excesivo prefiero confiar en el sentido común de estudiantes y familias”, opina la decana de la UN, quien recuerda que la enseñanza en centros educativos no es la única salida profesional.

Prácticas y máster

Otra de las propuestas sugiere implantar una prueba de ingreso para el Máster de Profesorado y que la especialidad cursada en este posgrado sea vinculante para el acceso a la función pública. “Algunas posturas consideran que esto podría significar cerrar puertas a quién puede presentarse a más de una especialidad en las pruebas de acceso público, puesto que hay carreras que permiten el acceso a más de una especialidad. Sin embargo, otras posturas reivindican precisamente que es necesaria una coherencia entre el perfil formativo y la especialidad que se va a impartir”, explica Gabari. Para la decana de la UN “parece lógico” que la especialidad vaya asociada con la plaza en el futuro desarrollo profesional.

En relación al refuerzo de las prácticas que plantea el Ministerio, ambas decanas lo ven con buenos ojos ya que, asegura Naval, “tienen una importancia radical en los estudios de educación”. Esta decana, sin embargo, no ve viable aplicar un sistema dual, como dice el Ministerio dado el alto volumen de alumnado. “Es muy interesante pero hay que contemplar dimensiones académicas, administrativas...”, indica la decana de la UPNA.

Como cierre, Gabari asegura que acogen el proceso? con “ilusión, expectativa y mucha necesidad de debate y participación de los colectivos implicados”. La reforma, afirma “debe contar con dos factores claves: profesorado y recursos”. Para la decana de la UN, el documento “deja un sabor agridulce ya que pretende centrar el debate sin aportar evidencias científicas, recurriendo a una imagen negativa del profesorado”. l