Era 5 de septiembre de 2020, sábado, y en las calles de Leitza se respiraba preocupación. En el polideportivo del pueblo un equipo de profesionales de la unidad covid del Servicio de Urgencias Extrahospitalarias había instalado un dispositivo de cribado de covid-19 para los mayores de 15 años. La segunda ola estaba ya a la vuelta de la esquina y en Leitza se había detectado un brote importante de coronavirus, que elevó la incidencia del pueblo, que ahora, dos años después del inicio de la pandemia, es una de las localidades con mayor tasa en Navarra.

"En Leitza, que es un pueblo pequeño, se han hecho dos cribados masivos en esta pandemia, que han sacado todos los datos a la luz. Ese ha sido un factor clave para explicar la alta incidencia de la localidad", expone el alcalde, Mikel Zabaleta. De hecho, en aquel primer cribado participaron 1.882 vecinos, el 75% de la población, de los que 35 dieron positivos. Fue uno de los primeros cribados realizados en Navarra, que hasta esa fecha tan solo se habían efectuado en Mendillorri, en una empresa de Sangüesa, en Uvesa y en Tudela.

Tras ello, los contagios de los vecinos del pueblo fueron al son de las olas de covid-19 que afectaban al resto de Navarra, hasta que llegó la variante ómicron. "A principios de diciembre volvieron a surgir brotes en Leitza y desde Salud detectaron que era de la variante ómicron, que acababa de llegar a Navarra. Se realizó otro cribado, aunque en este solo tenían que participar contactos estrechos de los positivos o gente que pensara que habría estado expuesta. Participaron unos 300 vecinos y salieron varios casos", recuerda Zabaleta.

A parte de los cribados, el hecho de ser un pueblo pequeño y de tener una relación estrecha entre vecinos ha hecho que "en muchos momentos de la pandemia apenas hubiese casos, pero cuando el virus entraba pues se contagiaba mucha gente", apunta el alcalde, que subraya "el buen comportamiento de todos los vecinos, han actuado con responsabilidad".

En este sentido, recuerda que cuando todo estalló el pueblo se volcó en auzolanes para ayudar a quien más lo necesitaba: "El 7 de abril de 2020 ya había 105 personas apuntadas para colaborar en una red ciudadana que se creó para llevar la compra y medicamentos a personas que no podían salir de casa, para acompañar a las personas mayores al médico, etc. La respuesta fue ejemplar".