El Gobierno de Navarra, a través del Departamento de Derechos Sociales, y UNICEF agradecen a la ciudadanía navarra la "solidaridad" que está mostrando con la situación en Ucrania mediante la voluntad de acoger a los niños y niñas que huyen del conflicto, pero insisten en que la mejor manera de ayudarlos es con el acogimiento a las familias afectadas, según ha explicado en una nota de prensa.

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"Es comprensible que, ante estas situaciones de crisis humanitaria, la ciudadanía quiera pensar en soluciones rápidas que protejan lo más posible a los menores afectados por el conflicto, pero separarlos de sus familias no es una solución sino un trauma añadido", ha señalado la consejera de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra, Mª Carmen Maeztu, quien en una nota de prensa emitida por el Ejecutivo foral ha apostado por encontrar "soluciones estables y duraderas y que realmente velen por los intereses de estos niños y niñas".

Por su parte, Maider Gabilondo, coordinadora de UNICEF Comité de Navarra, ha puesto en valor "la sensibilidad de todas aquellas personas que quieren ayudar a los niños y niñas víctimas de esta crisis en Ucrania". "Pero este impulso de ayudar no puede llevar a vulnerar o poner en riesgo la protección de los derechos de esos niños y niñas, y para garantizar esta protección existen unos procedimientos", ha aclarado.

Aunque "a simple vista" pueda parecer que "llevarse a un niño o niña ucraniano a casa es la mejor opción, por lo general la acogida de niños que viven en contextos de crisis humanitarias no es la alternativa más recomendable, salvo que, estudiando el interés superior de cada niño, se concluya que sí lo es". No obstante, la solución que se determine por las instituciones competentes en cada caso debe ser "estable y duradera", recoge la nota.

La experiencia internacional demuestra que "desarraigar en determinados momentos a un niño de su entorno puede tener consecuencias muy negativas". Por ello, hay que "valorar en cada caso cuál es la mejor opción".

En este sentido, cabe subrayar que el acogimiento de menores no acompañados, independientemente de su procedencia, debe realizarse a través de la Subdirección de Familia y Menores del departamento de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra, siguiendo un procedimiento regulado "por el que se aseguran los derechos y necesidades de la o el menor".

Para que un acogimiento sea legal "y atienda al interés superior del menor", deben darse una serie de requisitos, tales como que el niño esté en situación de desamparo confirmada, que "la mejor decisión" para ese menor sea buscarle una familia de acogida en otro país y que estas familias de acogida sean "idóneas", para lo cual tienen que pasar por una serie de trámites establecidos por el Gobierno de Navarra para su acreditación.

LA MAYORÍA, ACOMPAÑADOS

Según los datos de UNICEF, la mayoría de niños que han huido del conflicto lo han hecho acompañados de adultos. En la mayoría de casos viajan con sus madres, pero también hay niños que lo hacen con otros adultos de referencia, como pueden ser sus tíos o amigos, puesto que sus padres han optado por quedarse en el país. De esta manera, y salvo que estudiando el interés superior de cada niño se concluya que sí, la acogida de menores que viven en contextos de crisis humanitarias y están acompañados por una persona adulta "no es la alternativa más recomendable", se subraya la nota.

Los menores, sin el cuidado de sus padres, corren "un mayor riesgo de violencia, abuso y explotación". Cuando estos niños son trasladados a través de las fronteras, los riesgos "se multiplican". El riesgo de trata también aumenta en situaciones de emergencia. Por ello, entidades como UNICEF han instado a todos los países vecinos y afectados a garantizar la identificación y el registro inmediatos de los niños no acompañados y separados que huyen de Ucrania, después de permitirles el acceso a su territorio.

Los estados deben ofrecer espacios seguros para los niños y las familias inmediatamente después de los cruces fronterizos y vincularlos con los sistemas nacionales de protección infantil. Para los niños que han sido desplazados a través de las fronteras sin sus familias, el acogimiento temporal u otro tipo de cuidado, basado en la comunidad a través de un sistema gubernamental, ofrece una protección clave. La adopción no debe ocurrir durante o inmediatamente después de las crisis humanitarias. Se debe hacer "todo lo posible" para reunir a los niños con sus familias cuando sea posible, si dicha reunificación "es en su mejor interés".

Si bien se reconoce que, en circunstancias específicas, las evacuaciones humanitarias "pueden salvar vidas y los esfuerzos para llevar a los niños a un lugar seguro son bienvenidos", es fundamental que se tomen medidas "especiales por el interés de los niños y que se cuente con el consentimiento de sus padres o de las personas responsables de su cuidado". En ningún caso se deberá separar a las familias como consecuencia de movimientos de reubicación o evacuación.

Aquellos legalmente responsables de los niños en instituciones en Ucrania deben asegurarse de que las evacuaciones se realicen de acuerdo con las instrucciones de las autoridades nacionales. Los traslados deben informarse a las autoridades competentes en Ucrania y en los países vecinos inmediatamente después de cruzar la frontera y, en la medida de lo posible, los niños deben ser evacuados con sus documentos de identificación y expedientes. Por ello, en ningún caso se deben adoptar decisiones de traslado de niños no acompañados, sin la autorización de las instituciones ucranianas o de los países vecinos que les acogen.